"Daniel Bensaïd sostiene en La apuesta melancólica que el compromiso revolucionario no se funda en ningún tipo de «certeza científica» progresista, sino en una apuesta razonada sobre el futuro. ¿Por qué esta apuesta sería entonces melancólica? El argumento de Daniel Bensaïd es de una lucidez impresionante: los revolucionarios -Blanqui, Benjamin, Trotsky o Guevara- tienen una conciencia aguda del peligro, el sentimiento de la recurrencia del desastre. Nada es más ajeno al revolucionario melancólico que la fe paralizante en un progreso necesario, en un futuro garantizado. Aún pesimista, se niega a capitular o a doblegarse ante el fracaso. Su utopía es la del principio de resistencia a la catástrofe probable." Michael Löwy, La estrella de la mañana
Y yo que ayer soñé con la llegada de las naves...
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