Si uno dijera ¡qué carajo me importa el patrimonio cinematográfico!, tal vez no sea un hijo de puta cabal. Porái uno no conozca todo lo que hay en el Patrimonio o porái no sepas todo lo que puede hacerse, es decir, no sabés cuánto puede ser disfrutado.
Podés ser una persona desinteresada o desinformada de lo que tiene (de lo que tenés por ser soberano del Estado) y no sepas todo lo que el Estado puede hacer (además de mandar a la guerra, hacer desaparecer personas y reducir los presupuestos; ya que eso lo sabemos todos). Podés ser, a grandes trazos, un tipo como Mauricio Macri, que piensa que el Estado es como una empresa y que todo lo que un Jefe Político debe hacer es gestionar el lucro.
Pero si vos tenés un museo como el Ducrós Hicken...
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Con un patrimonio como el que el museo Ducrós Hicken tiene y con un tipo como Fernando Martín Peña, con ganas de dirigir o participar en una Cinemateca Estatal, y además dirigiendo un excelente ciclo de cine todos los días de lunes a viernes después del noticiero de la medianoche en Televisión Pública, tenés que ser muy GARCA para mandarlo a demoler:
"Desde hace pocos días, ese edificio de Defensa ni siquiera existe: Mauricio Macri lo demolió sin previo aviso"
Así como suena: Macri demolió un museo. ¿Va a estar bueno Buenos Aires? No, ¿no?
Macri demolió un museo. Sin siquiera pompa ni circunstancia. Sólo mandó a demolerlo. Así como manda a expulsar a los pobres de la ciudad, con la violencia física de la UCEP con la legal de los desalojos silenciosos.
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