22 marzo 2007

La paja en el ojo ajeno

"El Creador consideró propio ordenar los órganos de la mujer de tal manera que sean muy sensibles. Es obvio que el motivo es permitir que la esposa experimente una grata sensación de pertenecer a su esposo durante su abrazo íntimo. Pero hay a veces adolescentes que, impelidas por una curiosidad malsana o por el ejemplo de amigas faltas de escrúpulos, han caído en el hábito de manipular estos tejidos sensibles para excitarlos. Este hábito dañino se llama masturbación.
"La práctica de la masturbación rebaja el concepto que una joven tiene de sus órganos reproductores. Le hace pensar en ellos tan sólo como medio de satisfacción física en vez de considerarlos como un legado sagrado.
"El estímulo de las partes sensibles de los órganos reproductores en la masturbación significa un gasto de energía nerviosa tan grande que puede quedar agotada la reserva de ella. Esta es una razón importante por la cual debe evitarse la masturbación. Consume la provisión de fuerza vital, y deja a la persona cansada, apática y abatida.
"(...) En caso de ceder repetidas veces a la masturbación, la reserva de energía nerviosa queda tan reducida que la persona no parece tener ningún vigor normal. Así privada de las satisfacciones que debiera experimentar mediante las recompensas de un trabajo bien hecho, pierde interés en las cosas superiores de la vida.
"(...) Cuando se ha agotado la energía nerviosa de una persona, todo su cuerpo sufre. Los tejidos pierden una parte de su resistencia normal a la enfermedad. Las infecciones y los resfríos pueden vencerla con más facilidad.
"(...) Otro trágico efecto de la masturbación es que la joven que recurre a esta práctica sabe que no tiene la aprobación de las personas correctas. Por lo tanto, se avergüenza de su debilidad. procura ocultarla a sus amigos y parientes y el temor de que la descubran le crea un sentido de incomodidad. La necesidad de guardar el secreto y la ansiedad la privan de una gran parte del gozo que podría encontrar en la vida.
"Existe un factor anatómico que ocasiona a veces irritación en el clítoris e incita a que se lo toque más de lo debido. Aunque estos casos no son muy comunes, si hay evidencia de que estos tejidos están irritados ello constituye motivo suficiente para que la joven consulte a un médico cristiano. Con frecuencia el remedio para esta situación consiste en una operación quirúrgica muy sencilla llamada circuncisión. Esta operación no ofrece peligro y es muy preferible a dejar continuar un estado de irritación.
"Un factor importante que contribuye a mantenerse libre del hábito consiste en evitar las lecturas, la conversación y las fantasías que se refieran a asuntos sexuales."

Dr. Haroldo Shryock
Impreso en Buenos Aires en 1968

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