¡Tanto tiempo viviendo bajo el nefando Gobierno Delfín...! Cuando menos, desde antes el impuestazo de Telermaum (o Tenenman... ya no me acuerdo). Y tan largo fue este tiempo de amodorrada reacción ante la deconstrucción macriana que ya nos habíamos acostumbrado a la consecuente destrucción de sus políticas. Pero es sabido, este gobierno de Larreta y Montenegro forma parte de todo. Y además...
Todo concluye al fin.
500.000 firmas se pedían hace unos meses para promover la destitución de Macri. No me dio sumarme: me resultaba abrir la caja de Pandora. Y además es cierto que no se puede pretender hacer lo más sin poder hacer lo menos. No corresponde exigir una destitución sin desarrollar los argumentos y las evidencias, y las consiguientes acciones legales o sociopolíticas que la justifiquen, pero...
Nada puede escapar.
Macri vuelve. Deja España y trae entre ceja y ceja la decisión irrevocable de dar una conferencia de prensa. Esa actividad que hegemonizó estos (casi casi) dos años de mandato, pero...
Todo tiene un final.
Días atrás, indemne a su nefando mandato, Mauricio Macri se hizo un tiempito para hablar sobre el urgente presente actual de Boca Juniors. “Yo me pregunto cuál es la función de Carlos Bianchi en el club”, dijo (una vez más, sin hacer lo que dice hacer). Bianchi le respondió en el mismo tono: “Yo me pregunto qué hace Mauricio Macri para beneficio de los ciudadanos”. Hace unos años, Carlitos había tomado la decisión de irse, de dejarlo plantado, la rotunda determinación de dejar inconclusa su conferencia de prensa. Pero...
Todo termina.
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