30 octubre 2009

Autodeterminación

En este post señalé los cuatro presidentes argentinos que terminaron su mandato y aposté (seguro) una quinta (Cristina).
Ahora quiero apuntar un serie de años: 1975, 1981-2, 1989, 1995, 2001. Son hitos que marcan el devenir superestructural de la estructura economía argentina, integrada desigualmente al desarrollo combinado de un capitalismo signado por las crisis recurrentes. Eso que algunos llaman ciclos, para cuyo conjuro idearon protocolos anticíclicos de política económica. Esto es: engrosar la Caja en las buenas para invertir en las otras.
Pues bien, el kirchnerismo puede describirse entonces como un proceso político cabal (ya que ha cumplido su primer mandato y cumplirá el segundo en 2011), cuyo rasgo diferencial en lo económico es haber rescatado a la Argentina de un putativo destino presuntamente determinado por las restricciones económicas (internas y externas) del sistema mundo.
Lo dicho, por sí solo, no convierte a ningún gobierno en justo y popular; pero sin ese detalle ningún gobierno puede serlo, ya que, a mar revuelto, ganancia de buques-factoría merluceros.

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