15 octubre 2009

Autocríticas hay muchas, pero que la sigan chupando

La prensa deportiva es una mercancía rancia y berreta que vengo dejando de consumir desde hace años, hasta prescindir de los relatos y comentarios de las transmisiones. Sin embargo, mi interés por este producto suele resurgir. Básicamente, cuando dicha mercancía hegemoniza y homogeneiza el flujo de opinión publicada.
Maradona no ha sido capaz de plantar un equipo consistente dos partidos seguidos. Bien. Ahora, lo que Maradona diga será por siempre válido. Ese apellido, precisamente, significa “el que todo puede decirlo”, interpretación surgida a partir que siempre hay un micrófono que se lubrica y prospera con saliva maradoniana. Al micrófono deportivo argentino le tira esa boca, así han crecido y con ellos se han alimentado muchos.
El caso Que La Chupen encuentra su mejor apología en quelachupen.com, en cuya primera entrada vemos una captura de pantalla en que se lo ve a Maradona en conferencia de prensa. El graph: “Hay muchas autocríticas”.
La frase que de allí resulta es un prodigio retórico, que descuella, en dos movimientos, en la concesión primero y después en el arte de injuriar.



Addenda:
Sobre el recurso de inadmisibilidad
“¡Inadmisible!”, muchos cacarearon por la expresión. También se equivocan.
Porque, ¿quién es capaz de determinar lo inadmisible de un comentario en un diálogo?
Sólo quienes dialogan.
De modo que, si el microfonero Pacman se hubiera retirado indignado luego de decirle a Maradona: “Ese comentario es inadmisible”, efectivamente ese comentario habría sido inadmisible.
Pero no: Pasman siguió hablando, incluso llegó a referir aquellas palabras al increpar puchereando: “...e incluso llegás a decir que... que yo la tengo también adentro”.
Por consiguiente, es claro que el comentario maradoniano fue admitido.
No ha lugar al recurso.

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