07 diciembre 2007

X cuestión

Es viernes, son más de las siete de la tarde y este edificio donde trabajo está prácticamente desierto. El lunes se ha decretado asueto, así que me predispongo alegremente hacia un fin de semana largo. En la oficina de al lado hubo una fiesta de despedida del responsable, y cuando digo fiesta quiero decir exactamente fiesta: fernet con coca, champagne y vino, dance y regalitos + música a todo volumen.

La semana que viene va a ser otra cosa, pero por el momento disfruto de este letargo levemente alcoholizado:

M y G , los espero con los brazos abiertos... ¡y los puños cerrados!

06 diciembre 2007

Lo malo y lo feo (lo bueno te lo debo)

Es sabido: si de prohibiciones programáticas hablamos, una especial celdilla de tal planilla de cálculo está reservada a la propaganda. Que tal discurso es necesariamente mentira (o, socialdemócratamente dicho, “necesariamente es una no referencia a la realidad cotidiana de sus consumidores”) lo sabe todo el mundo, al menos todo aquel que se haya puesto a pensar qué es y para qué existe la publicidad. En virtud de lo dicho, la campaña más odiada últimamente por mí es la de Sprite y su “las cosas como son”, ya que básicamente se dedica a decir: “Sos un gilastro. Por suerte podés tomar Sprite”.
De modo que, si de detestar ideológicamente algo hablamos, no hay propaganda que me guste. Pero a veces hay ejemplos (“acciones” es la palabra elegida por los gerentes de marketing) que se van a la mierda, por toda su intrínseca fealdad, y por las consecuentes contradicciones que ella genera en el interior del spot. Así que, señoras y señores, sin más ni más, con ustedes, lo que es para mí la peor propaganda del año, lejos:
La foto la tomé de sabadoalas9.wordpress.com, cuyo último post hasta este momento es un instructivo sobre cómo divertirse con cinco pesos (y ojo: ¡ sin gastarlos!).

29 noviembre 2007

Y si mañana es como ayer otra vez...

Volver nunca es fácil, ni a casa, ni de vacaciones, ni a escribir un post, ni a la dura realidad de saber que toda libertad se cuaja en una sopa de coerción. (Los días pasan, uno a uno pero como en manada, como combos semanales.)
Hace algo así como un mes, integraba informales asambleas gremiales donde discutíamos la forma de reapropiarnos, cuanto menos dinerariamente, de parte del producto de nuestro trabajo asalariado. Días después despedían a una compañera. Y después... las razones esgrimidas por la empresa fueron de manual, tanto como sorprendente el hecho de que algunos compañeros las hicieran propias. Y después: según la patronal, 2008 nos es presentado como el año en que ganaremos entre un 20 y un 30 por ciento más. Y a mí me asombra tanto que no termino de aceptarlo; y entonces me pregunto si en ese aumento incluyen el pasaje de tickets a dinero, o si sólo es una promesa lanzada a volar para ser bajada, luego, por la gomera de un “lo que pasa es que el gobierno tal y tal cosa...”.
Hace un mes, en interiores, me preparaba para dos eventos que tendrían lugar en la semana siguiente: vacaciones litoraleñas y refacción hogareña. Las vacaciones estuvieron bárbaras, con un penúltimo día de 40 kilómetros en bicicleta por el Palmar de Colón que fue un delirio total, pero bien. La pena llegó el último día, a horas de regresar, cuando perdí la cámara de fotos de Malala... y su pen drive, y todas nuestras fotos.
Respecto de mi casa, volví con el trabajo a medio terminar; y cuando finalmente estuvo más o menos terminado (el domingo pasado), se desprendió la manguera que conecta gas con el artefacto-cocina y se prendió fuego el bajomesada.
Por otro lado, el odiado Banco Galicia, luego de pagarle 1062 pesos quince días después de haber tomado un “préstamo” de 990, me cobró una multa de 150 por haber sobrepasado en 90 pesos la cota por ellos estipulada. Recapitulemos: me dieron 990 cuya devolución completé quince días después; por tal servicio, me cobran 210 pesos; es decir, me prestaron a una tasa de un 40 por ciento mensual. (Aclaración: no estoy de ánimo para que me digan que “tasa” y “multa” son dos cosas muy diferentes; y, entre otras cosas, no estoy de ánimo porque 60 pesos difieren de 210 sólo en la magnitud, mientras que las condiciones de posibilidad de tales beneficios son en ambos casos las mismas.)
Por suerte Malala se compró un nuevo reproductor de DVD (el quinto en cinco años). Porque, la verdad, en este momento vería de nuevo el final de Zabriskie Point, esa explosión en que todo sale despedido de un centro fijo hacia una circunferencia siempre en ciernes. De hecho, esta espera del próximo gobierno, tiene para mí un movimiento similar: nos despegamos, saltamos, quedamos suspendidos, miramos hacia abajo, hacia arriba, y también hacia los lados, sólo para –cuando estamos por hacer tierra de nuevo– empezar a avizorar con quién haremos alianza.

Por suerte está YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=9rxpfO90mg8. Alrededor de los dos minutos y medio, queda claro que... ¡¡vienen por el agua!! (Je je... En serio: es para verlo todo, pero después de los 5’ 10’’ es sublime.)

28 octubre 2007

Mano de obra ocupada (con un celular)

Cerca de mi casa, pleno Palermo castrense, pasamos Malala y yo frente a un chico de entre 19 y 22 años, morocho, flaco, cinturón, camisa blanca dentro del pantalón caqui, quien, celular en mano, dice: "Pero nosotros no queremos matarlo, pelotudo, queremos asustarlo". Nos miramos Malala y yo, y redujimos un poco la velocidad de marcha. "Bueno, bueno, todo bien, pero fijate por dónde anda."
Un rato después, pasé de nuevo por el kiosco frente al que estaba hablando el muchacho y lo vi recibir a un grupo de cuatro chicos de sus edad, algunos vestidos con ropas camufladas, prestos a tomarse una cerveza después de todo un sábado (para colmo, preelectoral) de trabajo a destajo.

PD: En estos días estaré atento a las noticias de policiales, que suelen aparecer como hechos aislados, condición que dura en nuestras mentes sólo hasta que raspamos un poco su pintura.

24 octubre 2007

Me recontracago en el Banco Galicia: el efecto Pelagatos


Umberto Eco codificó una forma de la distribución de la información y la llamó “efecto Pelagatos”. Pelagatos es uno de los tantos marineros de un barco cuyo capitán los cita para decirles que a uno de ellos (a Pelagatos, desde ya) se le ha muerto su padre. El modo de informar es el siguiente: ante la formación en fila sobre la cubierta, se les pide que den un paso al frente todos aquellos marineros que tengan a su padre vivo; cuando Pelagatos da su paso al frente, el capitán le descerraja un “«Vivo», Pelagatos, dije «vivo» ¿o no entendió?”. Eco dice que así operan los medios masivos.
Pero es sabido que los medios manipulan la realidad sólo en la medida en que la economía ya lo ha hecho previamente. De modo tal que el efecto Pelagatos no se restringe sólo a la información y la opinión publicadas, sino que se da, entre otros casos, en eso que se conoce como “letra chica” (“está acá, bien clarito, ¿o no lo leyó?”). Pero el efecto Pelagatos en los intercambios y contratos comerciales no se detiene, y también te lo pueden enrostrar de palabra.
Durante los últimos tres años, saqué plata del cajero apretando la opción “cuenta corriente en pesos”. Claro que hasta este mes, nunca había tenido cuenta corriente alguna, pero el sistema validaba mi error dándome el dinero de mi caja de ahorro. Sin embargo (más bien debería decir “con embargo”), hace poco me habilitaron una cuenta corriente (cuya apertura me informaron de palabra), de donde terminé extrayendo a principios del mes esos primeros 990 pesos que pagan las cuentas que sostienen mi infraestructura vital. El domingo pasado, sorprendido por tener en la caja de ahorro más plata de la que suponía, pido los últimos movimientos y me entero de que tengo una deuda, hasta el 19/10/2007 de mil pesos. Cuando el lunes llamo al banco para enterarme qué está pasando, se me informa que estoy operando en rojo por sobre el monto establecido y que, por lo tanto, debo 1040 pesos. Es decir, en quince días, el Banco Galicia se hizo con cincuenta pesos, un tercio de lo que me quedaba para llegar a fin de mes. Indignado, pregunto cómo puede ser que no me avisen. La conchuda del banco me respondió: “¿Y qué querés? ¿Que te llame todos los días para avisarte que tenés una cuenta corriente”. Efecto Pelagatos. “Mató tu onda”, le dije y corté.

PD: Y no, no esperaba que me llamen todos los días, con un aviso en el cajero automático hubiera bastado, algo como “Ojo, macho, que es la primera vez que hacés esto, ¿tas seguro?”. Con eso solo hubiera alcanzado, tampoco soy tan pelotudo (Pelagatos, sí, obvio).

PD 2: Con este post siento que el lema del blog es harto adecuado.

21 octubre 2007

Carteles eran los de antes, por Tweety

Las cosas están cada vez peor...
Paseando por las calles de Caballito, quien les habla se topó con un cartel que exponía la leyenda "Desarrollo integral para el niño atípico".
Gracias a Dios (que debe ser japonés), pude sacarle una foto para llevarla conmigo adonde vaya.
Ya había tenido experiencias de este tipo: carteles mal puntuados o de frases muy graciosas, pero este era muy especial.
A ver si me ayudan. ¿A alguien se le ocurre qué podría ser un niño atípico? ¿Y qué es un desarrollo integral? La cuestión es que mi mente se disparó hacia lugares inesperados...
Hice miles de constructos para tratar de solucionar esto que para mí era un problema gramatical hasta el momento... Luego de un rato me di cuenta de que era una falta total de ética dialéctica (si tal cosa existiera). Las cosas se complicaron y no pude evitar pensar en la gente que es responsable de lo que este grupo de animales llama "niño atípico".
Ya me parecía horrible el eufemismo de decir "es especial", y esto tocó fondo. A partir de ahí se dispara lo que me gusta llamar el efecto Montgomery Burns: Quiero ser bueno, comprensivo y tolerante... y termino siendo la peor basura... No dudo de la buenas intenciones del "niño atípico" que redactó el cartel, pero quiero saber qué pasaría si al notar que un niño se comporta de manera estúpida e irresponsable se lo justifique diciendo "pobrecito, ¿no ve que es atípico?"
¿Y acasó la gente típica no necesita un desarrollo integral también?
La palabra "integral" implica un concepto de unicidad, por lo menos en lo que respecta a la etimología. Entonces, bajo la lógica del autor de la marquesina, porque son los menos, son atípicos... Y como yo soy un buen tipo los aislo y les hago creer que el mundo llega hasta la puerta de calle.
No sé qué piensan ustedes de esto, pero no me suena a integral, es más: me suena a parcial.
Pero dejemos de lado esto un segundo... Un amigo mío se paró enfrente de un montón de gente y se atrevió a llamarlos "boludos" porque estaban apoyando a su novia en la cola (de un recital)... Con esto no quiero decir que boludo y atípico sean sinónimos, pero la cuestión es que eran boludos, pero también eran una banda... y lo molieron a golpes.
La boludez tampoco es algo atípico, pero se encierra al niño atípico para que no moleste al boludo típico. Me parece que la persona que craneó tal mamarracho nunca se imaginó que la palabra implica una responsabilidad, y en lo que a mí respecta, lo siento como un insulto a mi inteligencia.
Lo dejo a la opinión de gente mucho más capacitada e invito a los visitantes de este blog a escribir acerca del tema.
Una parte colorinche: ayer, mientras practicaba el deporte extremo de pegarle al ramal del 96, me crucé con otro cartel, pero este decía: "José Igancio Rucci CREADOR DEL PACTO SOCIAL".
No sé qué decir con respecto a esto, o yo soy muy ignorante o este tipo nació hace 250 años. Estuve pensando en hacer un cartel propio y se me ocurrieron los siguientes lemas:
"Tweety, el autentico creador"
"Tweety, el autor de la divina comedia"
Lo voy a charlar con mis asesores de imagen, a ver qué recomiendan...

12 octubre 2007

Noticias neozelandesas

De Chela, nuestra corresponsal en Wellington:
Acá el rugby es todo, los All Blacks son lo único que tienen, y todo es All Blacks. Pero lo que es gracioso es que no es de fanáticos, es de “es lo que nos conecta con el resto del mundo”. No tienen música, no tienen cine (bueno.... El amor y la furia sí, y Criaturas celestiales, claro), ¡ni siquiera tienen una comida tipica!
En fin, para cubrir todo este “vacío” están los All Blacks, y no lo digo criticando, eh. De hecho, me parece que está bueno. En fin, los privilegios de no pertenecer... Los All Blacks cubren muy bien ese vacío y NZ los ama.
¿Qué te puedo decir? Fui a ver dos o tres partidos a bares, está bueno, la gente se fanatiza, pero nunca tanto como lo puede demostrar un buen bostero. En los bares, la gente va y toma birra, ese es el plan... y ver el partido, obvio. Un buen plan.
Yo, como te imaginarás, me siento un poco incómoda, porque como “somos extranjeros” no sé si estoy habilitada para festejar. Pero cuando puedo, meto algún “uuhhh” o “¡nooooooo!” y nadie me entiende, claro.
La gente toma cerveza y yo siento que cuando termina el partido, ganen o pierdan los All Blacks, todo se acaba. Eso me genera un poquito de vacío, y pienso: “Pero loco, ¿no eras tan fanático? ¿Cuándo es que van al Obelisco (o algo así) a festejar?”.
Ellos, los kiwis, hacen todo así: en el momento se excitan; después, nada.
También fui a ver un partido de los All Blacks a la cancha, cuando estuvimos en Auckland. Ahí la pasé bomba, salvo porque tenía al lado una mujer (que se tomó ocho botellitas de cerveza) que todo el tiempo gritaba “¡try!” o “¡come on!”.
Te cuento lo que me pasa a mí: el otro día estábamos con Coqui mirando un partido, y yo le dije: “El rugby es el deporte del futuro”, “descubrí el rugby”. Y no es porque esté en este país (que de hecho acá la gente es bastante fría). El otro dia, chatendo con Diego le comenté que me encantaba el rugby porque me parecía muy “esta pelota es mía, y no me la vas a sacar y te empujo porque tengo que pasar”. Y es así. Por suerte desconozco las reglas del rugby. Pero los veo, tirándose unos arriba de otros, empujándose para sacarse la pelota, da la sensación de que vale todo. Me encanta.
Sí. Si estuviera en Argentina estaría fanatizada con Los Pumas, seguro, jajajaja.
No sé si llegaran a jugar Los Pumas con los All Blacks, pero me da la sensación que en Argentina lo están viviendo a lo loco, todo el mundo habla de Los Pumas.
No sé cómo voy a terminar este mail, así como no se qué voy a hacer cuando se acabe el mundial de rugby, que tal vez sea el domingo, contra las gacelas sudafricanas.

La coherencia del fútbol argentino

Después de días y días de lluvia, de millones de gotas precipitadas, finalmente la AFA decidió que
esta noche, en La Plata, se completen los 67 minutos pendientes del partido de la octava fecha que se postergó por lluvia.

09 octubre 2007

Miscelánea (escenas de ayer, hoy y siempre)

Ayer
Veo desde el colectivo 93 (de Las Heras y Salguero a Córdoba y Carranza), el ambiente es de este lluvioso frescor que acompaña nuestra alicaída primavera. A la altura de Metrópolis, un morochito de no más de 20 años, esmirriado con campera y mochila, es pecheado por un cana (también morocho él, pero con uniforme y reglamentaria). Cuando ambos pechos terminan de rebotar, el cana pide ver el interior de la mochila. El pibe la abre y le enseña que dentro no hay más que un sánguche envuelto en papel film y un sobre de papel madera todo arrugado y un par de boludeces más. Zafó el pibe, pero la próxima... (Que alguien me confirme o desmienta, pero hasta lo que yo tengo entendido, en Capital la policía no tiene derecho de revisar ni bolsillos ni bolsos.)

Hoy
Colectivo 65 (de La Plata y Carlos Calvo a Dorrego y Guzmán). El ambiente es el mismo de ayer y el colectivero juega carreras con cualquier motor que se le ponga a la par (cuando el bólido competidor es un colectivo, la carrera se pone áspera). A veces, sin carrera de por medio, la aspereza sin embargo continúa. Si no, preguntarle al dueño del nuevo sedán blanco que quedó sin espejo retrovisor y con un largo y grueso rayón en sus puertas izquierdas.

Siempre
La deuda externa (de Rivadavia y Baring Brothers a Kirchner y Emisión de Bonos) suma 140 mil millones de dólares. Para que después digan que ya dejó de ser una pesada carga para los argentinos. Daniel Muchnik nos lo explica un poco.

Vuelve la sodamanía...

...y para constatarlo, no hace falta más que recalar en esta primavera cero que tanto nos viene hinchando las pelotas.

04 octubre 2007

Escalofriante

Salgo a hacer las compras y veo el primer camión de mudanza que anuncia la llegada de los nuevos vecinos al edificio recién emplazado junto a mi casa. Ya se están yendo, guardan los canastos vacíos. Cierta visión me paraliza, en uno de los canastos un cartel reza: "cuarto trillizos".

28 septiembre 2007

The Ring

Hace un par de noches soñé con el anillo. En un momento me miraba las manos y estaba ahí, en mi dedo anular. Recuerdo haberme dicho: "El caño, tengo el caño".
El caño se perdió el año pasado. Se perdió en una de esas zonas grises que se traman entre el descuido y el robo de perfil bajo. Lamento la rima no tan involuntaria, pero es así: el caño se fue en un baño. Lo olvidé y cuando volví a buscarlo alguien lo había encontrado antes que yo.
Lo lloré, me había llegado como en una casualidad y yo lo quería. Era mío, me gustaba.
Encontrarlo en el sueño no me pareció natural, casi en el mismo instante me di cuenta de que era un sueño, no era posible que ese anillo estuviera en mi dedo, ese anillo estaba perdido para siempre.
Así pasa con algunas cosas, un día desaparecen de tu vida y te dejan un vacío. No es la cosa, es lo que uno ha depositado en la cosa, es con lo que uno ha investido la cosa. Y un día la reencontrás y es un sueño, y si la encontrás de verdad, lo que vivís parece un sueño.
Entonces: hace un par de días el anillo me soñó, me soñó para mostrarme dónde, en qué puto lugar, se estaba estacionando un vacío nuevo que ando estrenando estos días... porque desde esa tarde del baño, el anillo sabía que iba a compartir algo del orden de mis desaparecidos y yo todavía no lo sabía.

Recién me lo dijo hace un par de noches.

25 septiembre 2007

Estudiante primavera, por Tweety

Una vez leí en este blog una frase que rezaba: “...Qué mérito hice yo para que me feliciten por el día de la primavera...”. Creo que Ariel decía, pero no me acuerdo.
De todos los pseudoacontecimientos, el día de la primavera es mi favorito, porque es el más feliz de todos, creo. Cada año, millones de adolescentes embarazan a sus novias por esta fecha... Sí, sí, hagamos cuentas: si naciste a fines de junio o en julio, sos producto del frenesí descontrolado de las hormonas setentetosas u ochentosas de tus padres, que en algún momento, y aunque intenten hacer todo lo posible por aplacar tu adolescencia tardía, también “la hicieron!”.
Estaría bien ponerse de buen humor y hasta festejar el día de la primavera siempre y cuando uno sea adolescente. Pero a ver, nosotros –adulto joven entre 23 y 33, masomenos– no podemos festejar el día de la primavera, o por lo menos no está bien visto. Sin embargo sí podemos festejar el día del estudiante, claro que si tenés más de 30 y estás festejando el día del estudiante, mejor que sea el día del “estudiante de Zubeldía” (glorioso equipo pincharrata campeón del mundo), aunque en mi opinión personal el estudio dignifica. Pero el día que mi amigo Washington le dijo eso a su padre, fue la última vez que lo vio... pasó lo esperado: mi amigo de 28 años fue puesto “de patitas en la calle” y nunca pudo terminar su curso de souvenirs para baby showers.
Pero todo este razonamiento viene a una sola cosa: ¿Cómo llegamos a que el día de la primavera y el día del estudiante sean el mismo? ¿Dónde se tocan estos acontecimientos? Le pregunté a grandes sabios de la cultura como era este fenómeno y lo comparto con ustedes.
En el año 1678 un párroco escolástico experimentó un fulminante enamoramiento hacia un monaguillo, claro que era el siglo XV (para lo que no saben de los números romanos, es el siglo equisvé), así que podrán imaginarse cómo terminó la anécdota... El párroco se acercó al monaguillo mientras este retozaba debajo de un níspero y le dijo: “Joven aprendiz, ya conocéis las enseñanzas de Dios, ya conocéis los mandamientos de Dios, ya conocéis los textos de Dios... ahora te voy a mostrar la cara de Dios!”. El joven monaguillo observó cómo el párroco dejaba caer sus vestiduras, lo miró a los ojos, se irguió con fruición y lo cagó a trompadas. Claro que el monaguillo se convirtió en el ídolo del monasterio, por lo que se declaró el día 21 de marzo como el Día del Estudiante, en recuero de la paliza que le propinó el aprendiz a su propio maestro. Nota al pie: en el hemisferio norte el 21 de marzo es el día en que comienza la primavera.
Con respecto al festejo del día del comienzo de la primavera es tan obvio que no vale la pena explicarlo, ¿no? ¿Pero por qué se festeja? El equipo de investigaciones científicas de Wisconsin, con sede en la sociedad de fomento de Burzaco, declara en su manifiesto “Razones de festejo del Día de la Primavera” lo siguiente:

"Serán invitados todos los hombres a regalar flores a las mujeres de su círculo social, para evitarles oler (aunque sea un día al año) los ofensas que despiden de sus malolientes cuerpos. Pero son los hombres los que deben convencer a las mujeres de que ellas son factótum del festejo e incluso del mismo comienzo de la primavera, y que esto no tiene nada que ver con la física y mucho menos con la astronomía. Es más: este equipo de investigaciones desconoce la existencia de un subversivo conocido como Copérnico."

Estas son solo algunas citas de aquel magnífico libro que daría vida al personaje de Ennio Pistacho magníficamente llevado al cine por el gran Rocco Siffredi en Como es el día de la primavera, llevaste este ramo y sus muy exitosas once secuelas.
Como siempre, al final de tanto, no tenemos absolutamente nada, no llegamos a ninguna conclusión. Pero como decía el célebre filósofo Tsun-Tzu: “En la vida como en el TEG, hay que poner una fichita en todos lados”.
Amigos y amigas feliz primavera, aunque no hayan hecho ningún mérito para ser felicitados.

Tweety, 2007, todos los derechos reservados.

14 septiembre 2007

El modelo chileno

El lunes o martes de esta semana, leía la contratapa de Página. Allí, Leonardo Boff describía la más firme hipótesis de conflicto global que manejan las fuerzas armadas nacionales, empezando por las de la nación imperial. El texto comenzaba así:
«La frase “choque de civilizaciones” como formato para las futuras guerras fue acuñada por el fracasado estratega de la guerra de Vietnam Samuel P. Huntington. Pero para Mike Davis, uno de los más creativos investigadores estadounidenses en temas actuales como “los holocaustos coloniales” y la “amenaza global de la gripe aviaria”, la guerra de civilizaciones se daría entre la ciudad organizada y la multitud de villas miseria del mundo.»
El miércoles ardía Santiago, con un fuego villero que obligó a los tristemente célebres carabineros a hacer mutis por el foro, no sin lamentar el primer muerto carabinero en años. ¿Qué otros países latinoamericanos seguirán pensando en recorrer el camino de Santiago?

09 septiembre 2007

Medianoche de domingo

Es domingo, y ya pasó el asado. Y pasó la abuela nonagenaria con sus achaques al cuidado de la madre –aplicada, sexagenaria y con novio nuevo– y de la tía; y pasó la hermana tardo veinteañera, su amiga y las nuevas vigas del parral.
Pasaron –siguen pasando– con entereza.
Es domingo, son las once y diez de la noche y escucho a la Fitzgerald cantando “Easy to Love” mientras miro de reojo a Malala, que siestea tierna en plena noche. Después la escucho a Ella cantando “You’re the Top” y me reconforta reconocer un par de gallos o carrasperas inscriptos en la grabación (“para que sepamos que es humana”, diría Víctor Hugo).
Es domingo y medianoche: cambia la semana. Se da vuelta y ya es otra.

Esto NO es transparente



PD 1: de la Tribunísima de Opinión del jueves (miércoles porái) de la semana pasada.
PD 2: gracias, Sereneider (por el formato, ¿vio?).
PD 3: un amigo me dijo "Esto un par de votos te pianta...". Y yo me reí asintiendo.

30 agosto 2007

La educación sentimental

Mi retorno al trote por los senderos del bosque (de Palermo) me puso la autoestima muy arriba. Recuperar cierto control muscular, reponer el aire, proyectarme en autos y trenes que pasan cerca, abstraerme por un rato. No sentirme vecino de la zona pero tampoco forastero. Ver autos alemanes que no envidio ni deseo. También reconocer los bemoles de nacer en cuna de oro y, entonces sí, la gloria de escuchar una frases como: “Mirá, hijo. Todo lo que decís, se puede conversar. Pero si antes no la respetabas como madre, ahora la vas a tener que respetar como jefa. ¿Está claro?”. Tradición, familia y propiedad para principiantes.

29 agosto 2007

Salta la leche cuando hierve

"En aquella época, se pusieron de moda unos largos alfileres de sombrero que las señoras, al saberse observadas, introducían en el agujero, sin reparo de pinchar el ojo fisgón (después, en Él, recordé este detalle). A fin de protegernos de los alfileres, nosotros poníamos un pedacito de vidrio en las mirillas.
Uno de los hombres más recios de Calanda, que se hubiera muerto de risa si llega a enterarse de nuestros problemas de conciencia, era don Leoncio, uno de los dos médicos, republicano acérrimo que había empapelado su despacho con las páginas en color de la revista El Motín, publicación anarquista y ferozmente anticlerical, muy popular en la España de entonces. Todavía recuerdo uno de aquellos dibujos. Dos curas gordos sentados en una carreta y Cristo, enganchado a las varas, sudando y jadeando.
Para dar una idea del talante de la revista, veamos cómo describía una manifestación celebrada en Madrid, durante la cual unos obreros atacaron violentamente a unos sacerdotes, hiriendo a varios transeúntes y rompiendo escaparates.
«Ayer por la tarde, un grupo de obreros subían tranquilamente por la calle de la Montera cuando, por la acera contraria, vieron bajar dos sacerdotes. Ante tal provocación...»"

Luis Buñuel, Mi último suspiro, Barcelona, De Bolsillo, 2000

27 agosto 2007

Qué tarro

Más allá de las definiciones, siempre un poco antojadizas que den los diccionarios –empezando por el drae, que tanto me la viene sudando últimamente–, ¿a ustedes les parece como a mí que los significados de “pote” y “frasco” refieren más o menos a un mismo objeto de la realidad y sólo difieren en que el pote es de plástico y el frasco de vidrio?

Confirmado

Era nomás Lex Luthor.

Villa Delfín

“El recuerdo terrible de Villa Basura, deliberadamente incendiada para expulsar con el fuego a su indefenso vecindario, era un temor siempre agazapado en el corazón de los pobladores de Villa Miseria. La noticia de aquella gran operación ganada por la crueldad, no publicada por diario alguno...” Bernardo Verbitsky, Villa Miseria también es América, 1953.

Al parecer, la reunión de Macri y Bergoglio tuvo como uno de sus centros de interés la articulación entre los intereses inmobiliarios del gobierno delfín, los intereses políticos de la estructura católica y la consolidación de la alianza entre ambos actores de peso de la representación social. Es decir, la articulación de, por un lado, la erradicación de la Villa 31 bis y el proyecto Nuevo Madero; y, por el otro, la conservación de la 31 y la tumba del padre Mugica.
No me voy a extender sobre el diálogo Bergoglio-Delfín. Y no voy a hacerlo porque no puedo. Me encantaría haber sido el hombre invisible en esa reunión. Pero no, aunque tal vez la presencia de Francis Ford se contemple la producción de la versión argentina de El Padrino (iii).
Sí quiero detenerme un poco en la evolución demográfica de las villas, porque tengo a mano Prohibido vivir aquí. Una historia de los planes de erradicación de villas de la última dictadura, de Eduardo Blaustein. Las cifras: a mediados de la década del 50, primer momento en que el Estado institucionaliza la problemática, la autodenominada Revolución Libertadora realiza un censo que calculó en 33.920 las personas que habitaban en las 21 villas de la Capital. Hoy se calculan en más de 200 mil personas (entre villas y asentamientos). Desde ese momento, el número nunca dejó de crecer, con la excepción del período de Del Cioppo-Cacciatore-Videla, cuando el número de villeros decreció de 225 mil en
1976 a 51 mil hacia fines del 79, según los aterradores datos oficiales inscriptos en una concepción de la erradicación como solución final, concepción enunciada por Del Cioppo cuando dijo que pensaba Buenos Aires “para quienes la merezcan, para el que acepte las pautas de una vida comunitaria agradable y eficiente. Debemos tener una ciudad mejor para la mejor gente”. Mejor es la que puede pagar, claro.
Hoy, pleno siglo veintiuno y mayormente en silencio, la problemática se sostiene casi inmodificada, sólo que en lo próximo el gobierno delfín volverá a traerla a la palestra, con la metodología usual de la derecha vernácula: la erradicación. Habrá que estar atentos. De todos modos, casi imposible no estarlo, ya que la cuestión no se agota en las villas, ya que ellas conforman el piso del valor inmobiliario sobre el que se calcula, entre otras cosas, el precio de los alquileres, de la vivienda, de la tierra en fin.

Post scriptum: horas después de escribir esto, abrí los diarios y me enteré de los aumentos de 200% en el valor fiscal de los terrenos. Cuando decía hace unos días movimiento de pinza, me refería en parte a esto: la ciudad para quien pueda pagarla avanza contra los pobres, muy pobres e indigentes, al mismo tiempo.

25 agosto 2007

Si necesitás algo, chiflá

“Pedime cualquier cosa, lo que necesites... que yo estoy.” A veces nos gusta decir frases como esta... de lo que esperamos una reacción inmediata del individuo receptor. Es una apuesta narcisista que nos autocomplace (esto es redundante, lo sé). Pero ¿hasta qué punto estamos interesados en estar? Vamos a los ejemplos prácticos. Alguien te dice: “Me estoy mudando”, y vos respondés: “Avisame si necesitás una mano”. Es obvio que necesita una mano, pero inmediatamente se lee entrelíneas que es una señal de cortesía y no un compromiso real. Si el agente mudante (o sea, el que se está mudando) responde a nuestra frase con un “por qué no te venís y tomamos unos mates”, es posible que esté tratando de engañarte para que cargues la colección de mayólicas o los seis potus limón que representan cada uno a un ex novio... Pero lo único que sabemos es que no conoce nada, absolutamente nada de los códigos de la comunicación.
Por mi parte, jamás tomé en serio un “estoy para lo que necesites”.

Distinto es el caso de quien tiene un favor que cobrar. Ahí como única excepción a la regla es donde uno puede agarrarse de una frase cortés y reclamar el favor real... pero el diálogo sería distinto y cito: “¿Sabés que me estoy mudando, no?”, “Sí, sí, lo sé” (nótese que no hay ofrecimiento), “Entonces, por qué no me ayudás a mover los muebles… que yo te conseguí el laburo, papá” (aquí la pregunta es claramente retórica).

En este caso está bien reclamar el favor, porque existe una contrapartida real; es lícito.

Como verán existe un gris, una zona donde las cosas no son del todo transparentes ni opacas... El favor es una figura que no queda del todo clara y por lo tanto no tiene reglas tan definidas. Es muy probable que un favor pueda convertirse fácilmente en chantaje. Y es ahí donde estaríamos en una situación más del lado de lo negro y menos del lado de lo gris. Sería un “vení, mudame, rasqueteame el piso, que si no le cuento a tu jermu adónde vas los jueves cuando le decís que vas a jugar al paddle”. Nos fuimos del otro lado, es evidente que el buen uso de un favor como figura jurídica queda supeditado a los valores éticos de los actores. Es falto de ética convocar a la consecución de un favor ofrecido bajo una frase de cortesía, siempre que no exista historia previa de un favor adeudado, sólo en ese caso se puede reclamar. Y por supuesto, no está bien visto el chantaje...

Como último punto, y para no dejar cabos sueltos, quiero referirme a los valores éticos antes nombrados. Cuando hablamos de esto, nos estamos refiriendo a un tema que podría ser determinante a la hora de establecer qué es y qué no es un favor. Pero como siempre, les dejo ese ejercicio... Definamos qué es un favor y a partir de allí podremos definir cómo serán la ética y la moral del favor...

Ya, a esta altura, estimado lector, podrá comenzar a ver que me es extremadamente difícil creer en las acciones altruistas. Como decía Rumpelstilskin, “yo no doy puntada sin hilo”, e hizo de la paja... oro. Y, según la moral cristiana y occidental, la paja es un pecado. Y ¿quién va a negar que convertir la paja en oro no es una acción altruista? Si yo hubiese podido convertir la paja en oro, tendría unos cuantos kilos.

(
Tweety no postea, pero manda estos mails generales.)

24 agosto 2007

El nombre de la cosa

No es que el nombre haga a la cosa: yo soy Solito de apellido y sin embargo no me falta compañía. Aunque también están los Ortelli que se ponen a vender inodoros y los Seisdedos que se meten a comisarios. El nombre propio se le impone de prepo a las personas. Como a las instituciones, sólo que éstas con su nombre anuncian la función que se perseguirá con ellas.
En Mundo Perverso, Diego colgó unos videos de representantes de los elocuentemente denominados "fondos buitres", conglomerados financieros que recaudan a partir de millones de sueldos, apuestan millones en movimientos financieros con tasas usurarias o acciones que viven la vida de las burbujas y finalmente suelen depositar millones a resguardo y sin mover el culo. Sin duda conforman la parte más activa, masiva y funcional del terrorismo económico, y son el enlace entre el capital transnacionalizado y las cúpulas financieras locales. Perfecto. O perfectamente mal. Pero que de ahí a que traduzcan el nombre de una de sus máscaras legales como Grupo de Tareas Estadounidenses para Argentina es una decisión que si bien los muestra intelectualmente honestos, no pierde por ello su contenido de amenaza.

"Hacen lo que se les da la gana" (Oleup XII)


23 agosto 2007

Proxeneteando por un sueño

La cañonización de la lengua popular ventilada desde “Bailando por un sueño” ya me tiene los huevos al plato. La wandanización de textos e imágenes mediáticas es aceptación apologética de la explotación sexual. Del mismo modo que la provincialización del hambre funciona como resignación escandalizada. Los múltiples tentáculos del sistema mediático sobreimprimen un segundo sometimiento al ya realizado por la producción capitalista. La alienación tetradimensional resultante se expresa en estados mentales que olvidan fácilmente los más inmediatos datos de su existencia, difiriendo constantemente el cuidado del yo. La interiorización del estado de inseguridad ventilado por los medios, aun en contra de los datos estadísticos de la propia experiencia de –por ejemplo– muchos porteños, cumple el doble juego de negar la realidad actual y promover su futuro empeoramiento.
Second Life es la constatación material –económica– del estado del pensamiento actual; su probable fracaso mostrará la contradicción de un producto que falle por tener demasiados potenciales consumidores que sean a la vez reales competidores.
Tal estado del pensamiento cotidiano favorece relaciones claustrofóbicas: “¡Ja! Ahora ya sé porque el volantero de McDonald’s se la pasa siempre enfrente del kiosco: mirá la cantidad de culo que hay acá” (oído al pasar en Santa Fe al cuatro mil y pico).
Nosotros dijimos basta desconectándonos todo lo posible (y cuando digo “nosotros”, hablo por mí y un grupo de pajeros amigos). La elección es clara, la realidad también: no podemos procesar tantos objetos de propiciación masturbatoria. Estamos cerca de perder incluso el gusto por la masturbación. Se están zarpando (y cuando no digo “ellos” no pronuncio “el pujante oligopolio y todas las redes monopolizadoras que establece con los «exteriores del oligopolio»”).
Están enfermando gente.
El malestar también es viral.


¿Qué hace un delfín en pleno campo?

El deseo mira a través de la ventana y el favorito siempre está fuera de campo. Vito Corleone quiere a Michael fuera, lejos de la sangre e incluso de la familia. Hasta borronear el apellido. Porque Michael es brillante y la división es brava: en la barra, está quien va al frente y quien aguanta los trapos (también está quien porta los estandartes, y en Argentina suele ser el presidente del club).
Con el candidato electo había pasado lo mismo: aunque no por brillante, su padre lo sacó del campo. Digo “lo sacó” porque el hijo fue ladero y primera espada, fue delfín. Hasta que vació un par de empresas, contrabandeó con otras y, lo peor, trascendió. ¡Fuera de campo! Desapareció; cientos de días por propia decisión, otros por comisarios bonaerenses. Después, de lleno al club de sus amores, con Nosiglia en el cabaret: la realización, por fin, del sueño tardo-treintañero de la vida propia; el desafío de lo real a riesgo de la desventura, el fracaso y la solidaridad consecuente de la oligarquía exitosa (no son sus palabras, pero así pinta él su epopeya de gerente).
Ahora ya se agenció un campo propio y con más potencial. El delfín en pleno campo, montado sobre una corriente poderosa, con un poder que no podrá no ejercer. Pero, hacia atrás, esta oscilación entre el delfín y el fuera de campo ¿está configurada desde el vamos como un movimiento de tenazas? Porque si hay plan, hay reservas de trabajo y excedente de contactos: los fundamentos de este espléndido momento que está atravesando la familia.
Paralelamente, ¿hay expansión en la parte argentina de la clase hegemónica (imperial)? Porque si la expansión es hasta acá, en adelante todo será atrincheramiento y administración de la pobreza, y la mano vendrá más fulera.
Las oscilaciones en las respuestas marcarán los límites del gobierno delfín.
De esos límites para adentro, por mi lado, y a 109 días de esa misérrima asunción, mi pregunta sobre qué hace un delfín en pleno campo se resuelve en: va al frente sobre las olas como el primero de la clase, aguanta remolón los trapos a la salida de algún Cromañón o –siempre por el medio como para no pifiarle– porta el estandarte hasta, aproximadamente –espero– octubre de 2011.

14 agosto 2007

Más meme

Le pedí a Martín que fuera bueno y escribiera una anécdota suya que creo divertidísima. No porque no pudiera escribirla yo, sino porque me gustaba la idea de que usara sus propias palabras, que suelen ser muy buenas. No se negó pero aceptó de un modo que podría decirse lateral. Entonces sigue sin haber cuento, pero hay lo que sigue. Una suerte de meme.

Los dejo con Martín:


"Aprovecho la oportunidad para compartir –porque sí– unos versos. Unos versos de la poeta uruguaya Idea Vilariño (vaya nombre que tiene esta dama). Que pueden ser publicados, pues sí. O no. Pero acá van."


«Verte reír»

Verte reír tocarte con las manos
vivir contigo un día un año tres semanas
compartir vida seria vida mansa contigo
encontrarte en la cama
vistiéndote en el cuarto
oliendo a alcohol fumando
sudando en el verano
o en el amor cerrando
tus ojos atentos y distraídos.


"Me gusta la sencillez que emanan esas palabras, así dichas, así sentidas. Me gusta cómo ellas dicen. Me gusta leerlas y que me devuelvan rostros. Me gusta lo que prometen, lo que implican. Que me hablen de ayer y de mañana. La caprichosa esperanza de obsequiarlas como me han llegado a mí.

Sin más, mis cordiales saludos,

Martín"

13 agosto 2007

"Siento que mucha gente no sabe lo que es la secundaria, incluso aquellos que están en la secundaria. Mi material se inclina a darles cierta perspectiva. La gente es estúpida. Nunca se para a cuestionarse las cosas. Simplemente las aceptan. ¿Te imaginás una nación que nunca se cuestiona la validez de porristas y pompones? En Lancaster, las porristas tenían mucha importancia, los grititos no les bastaban: estaban en lo que sería el gobierno del colegio también. Eran cerdas. Era todo demasiado estadounidense para mí."
De Zappa a Jerry Hopkins, 1968. El mes que viene, la entrevista sale en esa revista de rock que no es La Mano ni es Inrockuptibles y de cuyo nombre no puedo acordarme. (Acá arriba vemos a Zappa copiando a Charly, sólo que diez años antes).

08 agosto 2007

“La crisis causó 2 nuevas muertes” (La piña vengadora/Fanchiotti)

Podríamos continuar puntuando las íes, pero mejor observemos los movimientos. Mohammad Ali, en un pasaje de la gloriosa Cuando éramos reyes, dice sobre un golpe destinado a Sonny Liston: “Fue tan rápido que nadie en el estadio lo vio, como si todos (espectadores, comentaristas, jurados) hubieran parpadeado al mismo tiempo”. Bueno, la piña que se come Fanchiotti fue tan fabulosa como la de Ali. Eso sí: ahí hay que darle la derecha al DVD, porque eso en el cine se pierde. Quiero decir: el avance cuadro por cuadro brinda el acceso a nuevas percepciones. Por ejemplo: desde que el militante entra en cuadro hasta que sale, no deben pasar cuarenta cuadros. La cara del militante previa al golpe (un cuadro) es la mímesis perfecta de la furia. Y apenas un cuadro demora el recorrido del golpe, pero son cinco (¡cinco!) los cuadros que pasa ese puño encajándose en el rostro del asesino. Su cara de desconcierto (dado que dos o tres segundos antes estaba dando una improvisada conferencia de prensa, minutos después de haber disparado a mansalva) dura algunos cuadros y es impagable.

En fin... puede que sea un regodeo frívolo, incluso intrascendente en su impotencia, pero yo lo disfruté igual.


La crisis causó 2 nuevas muertes

07 agosto 2007

“La crisis causó 2 nuevas muertes” (Por la boca come y muere el pez)

Redondeando, podría aburrir repitiendo que La crisis es ante todo un documento porque se sostiene en fragmentos de verdad, esa verdad que siempre emana de las personas interpeladas sobre eventos que las tienen como protagonistas. Los acontecimientos documentados. Como cuando D’Elía nota en su fuero interno que se está yendo a la mierda con su argumentación anti agrupación Aníbal Verón, y remata a la defensiva: “Y digo esto aunque después me digan: «Eh, D’Elía, vos sus un hijo de puta por decir esto»”.


Podría también señalar lo bien que se ve en plena Hora clave el felipismo del gobernador Solá, cuando, en perfecto ejercicio de su propia doctrina, comienza una intervención haciéndose el boludo: “El presidente me llamó a las 7 de la tarde. Me sacó de una reunión de doscientos médicos donde estaba yo... [el destacado es suyo], este /.../, y me dijo: «Atención con la foto de Clarín de hoy, porque parece ser que allí uno de los muertos todavía está vivo»”. (El felipismo emerge cuando Solá se percata de haberse tildado en su egomanía y apela a la muletilla “este”, que le sirve para mitigar el silencio antes de retomar. También, obvio, cuando dice que se entera cómo fueron las cosas unas 24 horas después.)

Podría también comentar que las muletillas surgen cuando nos quedamos sin palabras pero que ese quedarse sin palabras no siempre es síntoma de dolo político sino también que puede indicar impotencia. Como cuando el hermano de Darío, Leonardo Santillán dice: “Estos hijos de puta lo matan a mi hermano ¡y nosotros somos los violentos? Siempre somos los mismos... Los mismos violentos de siempre somos nosotros, ¡no? Porque queremos mejorar nuestra calidad de vida, loco, porque queremos que las compañeras tengan lo que no pueden tener, loco. Por eso murió mi hermano, loco: porque estaba siempre acá.”.

Y como podría, lo hice.

La crisis causó 2 nuevas muertes

Él

Por este sencillo post dejo constancia de las náuseas, bronca y desprecio que me genera la denigrante campaña gráfica de Arauca Bit, donde nunca veremos una mujer que vele por los suyos, porque –tal como suponen los cráneos creativos– hay siempre un varón dispuesto a hacerlo (y, cuando no lo hay, su ausencia no es desprotección, porque él ya eligió para eso... ¡una AFJP!). Él te abraza cuando sos vieja, él te conduce cuando sos joven, él prevé pensando en sus hijos, que también son tuyos, no lo olvides, porque ocasionalmente él también se borra.

El título de este minipost, por la película de Buñuel, que es un gol de media cancha (y al ángulo).

03 agosto 2007

Motoquero fumón

Indecisa, asoma por la puerta entornada una cabeza con el casco a medio sacar. Me acerco, abro del todo e invito al pibe a pasar.
-¿A quién buscás?
Él mira el sobre y responde, lento:
-Al señor... Carlos... Pellegrini.

02 agosto 2007

“La crisis causó 2 nuevas muertes.” (Sinceramente/Blanck)

Para saber dónde la dan...


Cuando escriba un manual para detectar cínicos (y no creo que lo haga, por el riesgo implicaría para mi propia imagen), debería hacer un apartado con el uso de “sinceramente” (el uso de “en serio” podría homologarse). “Sinceramente no sé qué decirte” creo que es la única frase (no tengo todo el corpus en mente) que puede ser dicha sin menoscabo de quien la emite. Y si mi oficio fuera el del verdugo (o el de juez, lo mismo da), esta palabra haría expedito el camino hacia el cadalso de aquel que la dijera. Pero como estos no son tiempos de inquisiciones sino de juicios sumarios, paso al caso Julio Blanck.

Los editores no siempre son buenas personas; los jefes de sección, menos; y los jefes de redacción, muy rara vez. JB aceptó todos esos puestos en Clarín. También fue el único que tuvo el tupé de decir “sinceramente te digo”, aunque -claro- un poco antes de verse obligado a decir la verdad . Y si en el post anterior decía que La crisis era ante todo un documento es porque –contra lo que sostienen algunos– no se desgañita tanto en la diatriba contra el oligopolio como se aboca con denuedo en diseccionar la producción de noticias de tapa, esa retrorrealidad que los medios sobreimprimen a diario (disculpen el subrayado).

El documental, que no tiene voz en off, se sostiene exclusivamente sobre la base del testimonio de los actores. Y a quienes digan que tiene demasiado trabajo de edición, respondo: a) ese es uno de los trabajos del documentalista; b) ningún trabajo de edición genera declaraciones como las siguientes, todas de Julio Blanck en su despacho, en plena redacción.

“Yo reconozco mi parte. Este título es horrible. Este título no dice la verdad. Distrae las verdaderas causas de esas muertes. En cambio esa foto...”

“Y algunos dicen que Clarín escondió las fotos 24 horas... ¡Pistola! [sic, en serio, y pronuncia: /¡Piss-tóla!/]”

“Y bueno, ¿entonces qué hacemos con Clarín? ¿Le [sic] prendemos fuego en la vía pública? ¿Qué hacemos? ¿Hacemos de cuenta que esto no se publicó? [Repite, tal vez entusiasmado con la idea.] ¿Hacemos de cuenta que esto no se publicó? Sería la política, hermano. ¿Cómo se llama si no? Eso hace que la gente mire para otro lado, y aunque tengan razón muchas veces ustedes, la gente mira para otro lado.”

Y para cuando ya pasaron los títulos, la frase que perdura, porque cristaliza todo un estadio del pensamiento contemporáneo, es la siguiente: “Mucha gente trabaja para mucha gente. Nosotros hacemos lo que tenemos que hacer”. A confesión de parte...

Vienen por el agua

"Daniel Bensaïd sostiene en La apuesta melancólica que el compromiso revolucionario no se funda en ningún tipo de «certeza científica» progresista, sino en una apuesta razonada sobre el futuro. ¿Por qué esta apuesta sería entonces melancólica? El argumento de Daniel Bensaïd es de una lucidez impresionante: los revolucionarios -Blanqui, Benjamin, Trotsky o Guevara- tienen una conciencia aguda del peligro, el sentimiento de la recurrencia del desastre. Nada es más ajeno al revolucionario melancólico que la fe paralizante en un progreso necesario, en un futuro garantizado. Aún pesimista, se niega a capitular o a doblegarse ante el fracaso. Su utopía es la del principio de resistencia a la catástrofe probable." Michael Löwy, La estrella de la mañana

Y yo que ayer soñé con la llegada de las naves...

01 agosto 2007

Ya sobre la ruta (Oleup XI)

Empecé a caminar con la cabeza hecha un mortero. La masa era cada una de las hipótesis con que machacaba para explicarme la situación. Claro que no sólo procedía a explicarme los sucesos, sino que también me demoraba en desear, temer, dudar –definida e indefinidamente–, recordar, intentaba recordar y otras tantísimas funciones cognitivas.
Mi cabeza ya era un quilombo cuando uno de los siete llegó hasta mí al trote.
–El se hace llamar León, pero no se llama así. Eso no importa: yo me hago llamar Carlos y tampoco me llamo así. Y lo mismo con Walter. Es decir, todos nuestros nombres son falsos, menos Rolando y Teodoro, porque ellos son más intelectuales y dicen que les pesa deshacerse de su nombre. Esto tampoco importa. Lo que sí: vas a necesitar ayuda y acá, en el almuerzo, tal vez la encuentres. Fuera de ese horario, no sé. Ah, y decile a la neuquina que si quiere saber algo que venga a preguntarnos a nosotros –me dejó una flautita de mortadela y queso envuelta en un somero papel y volvió como vino.
Justamente en la neuquina estaba pensando cuando Carlos apareció. Era esa voz a nuestras espaldas en el pantano del lago. Cuando Malala y yo giramos para verla, ella había continuado:
–Le están poniendo una tintura a la madera para que parezca mejor. Tal vez sea eso este olor. Hoy agarré a los chicos y me vine para acá, a ver si encuentro algo que me dé la razón. Si un día ven un líquido muy oscuro, métanlo en una bolsita y vayan a verme al negocio, la maderera de la entrada del pueblo.
¡Ay de quienes convoquen la aventura y luego le rehúyan, porque suyo será el reino de las dudas. Sé de qué hablo.
Pensando en el rencuentro con Malala después de tanto tiempo, en preguntarle por la neuquina con quien ella había conversado más que yo (“Casandra se llama”), llegué hasta la ruta y paré el colectivo.

31 julio 2007

Bauen: el asedio

Algo hay de sigilo, de recaudo en el avance de la marcha macrista sobre Buenos Aires. Algo del orden del silencio, la astucia y, desde ya, la rapacidad.
Como ya se ha dicho en el mismo medio, la ciudad Pro ya empezó. Y el Bauen es la primera parada importante (amén del actual aumento de policía en las calles y del reclamo de MM por su traspaso). Y la decisión de la jueza que desató la necesidad de lucha, comporta todos los rasgos de la trapisonda, el chanchuyo, el toque macabro (son relaciones de más de treinta años las que juegan en la escena) y, por qué no, el cualunquismo.
Información información, en anred, lavaca y Correpi.