Tal vez, en el sofocón de un fin de semana de entre Navidad y Año Nuevo, pareciera que el tsumani macrista ya dejó de hacer daño. Pero pensemos que sólo pasaron 50 horas desde que la Policía Federal desalojó por la fuerza a los empleados de un ente autárquico y, sobre todo, que faltan tres meses para que el conjunto de los argentinos −cuando empiecen a definirse aumentos de AUH, jubilaciones y paritarias− perciba el trazo estabilizado de este primer año macrista.
Entre las viñetas de Quino, las primeras configuraciones que emergen de mi mente ante el Estado de Excepción Macrista.