09 agosto 2009

Republicanísimas apostillas sobre la institucionalidad

Instituciones
Lo leo y coincido con Forster. Eso sí, una salvedad: no insistamos más en la discusión sobre el kirchnerismo y las formas políticas. Es una de las tantas falsas antinomias con que la ideología tecnocrática hegemoniza su sometimiento.
Hablemos de institucionalidad y recordemos que este proceso histórico (el kirchnerismo) canceló las jubilaciones privadas, instituyó el Consejo del Salario y anuló la ley laboral tristemente conodida como Banelco. Ley de nula institucionalidad si las hubo en democracia y cabal coralario de una década de difusión de los límites del rol del Estado.
La abdicación del Estado de su potestadad política -supraeconómica- es el afluente principal del amplio caudal de la corrupción, la baja insititucionalidad y la pobreza de millones. Es la inopia del Estado ante ciertas obligaciones la causa que repercute en hambre y exclusión.
Esas cosas hay que decir, esas pruebas de que no todo es lo mismo.

Iglesia argentina
Algunos reaccionan ante las palabras de Ratzinger y las encadenadas del cardenal Bergoglio, editándolas, hasta conseguir el enunciado complejo "«el escándalo de la pobreza» en Argentina". Otros las contamos como la campaña mediatizada de la colecta +X- de Cáritas, organización surgida sobre los escombros de la Bombardeadora Desperonizante.
Por algo es que recuerdo que mi viejo, peronista y católico, despreciaba Cáretas.
En cualquier caso, el punto es de dónde saldrá la riqueza para acabar con la pobreza.

Ciudadanos
Hace un tiempo debatíamos con Diego sobre si era necesario perder. Para mí, sí, como siempre. Y sí. El personaje San Jodete, de Sasturain, diría: "Hay que joderse". Ojo: es sólo por lógica consecuencia de las contradicciones sociales, y no por pesimismo, que, en algún momento, haya que joderse.
El tema es cómo se reacciona en el brete. ¿Vamos hacia el martillazo en la cerviz, rompemos las tranqueras o al menos nos empacamos?
Allí donde se atreven las vacas es donde se ven los pingos.
La democracia vive a través de sus dirigentes menos que a través de sus ciudadanos. De modo que a todos nos toca una parte.

Leyes e información
El 90 por ciento de las inverosímiles leyes secretas surgieron de gobiernos de facto.
Estas leyes, si bien fueron consideradas constitucionales, comportan la negación del Estado de
derecho, en privilegio del secreto, la forma de poder del Estado absolutista, que vigila pero silencia parte de lo que promueve o castiga.
Pues bien, la promulgación de ese tipo de leyes ya fue prohibida por ley, limitación del poder discrecional del Estado impulsada también por el kirchnerismo.
De modo que ya no hay leyes secretas. Lo que sí puede haber son normas como este decreto santafesino del que habla Lucas Carrasco, por el cual se le otorga millones de pesos a las empresas que montan Expoagro, paladines de la libre información aunque no se priven de censurar con intimaciones judiciales a blogueros críticos de sus discursos.

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