ET trabaja de periodista y hoy, como discutidor a sueldo, se cagó en la libertad de expresión, ya que ni siquiera promovió -ya que tan opositor es, aun desde antes del ninguneado temita de que a TyC-Clarín la AFA les haya roto el contrato- la explicitación por parte de Rossi de las contradicciones del discurso oficialista.
Por el contrario, Agustín Rossi no trabaja de entrevistado -no es un mediático precisamente-, sino que percibe su sueldo por su labor parlamentaria, tarea en la que nadie le pisa el poncho.
De modo que, por un lado, habrá que pensar en lo que dice Gustavo Arballo:
"Toda la doctrina de la libertad de expresión ha sido construida a partir del presupuesto implícito de que el que quiere censurar, o acallar las voces críticas, es el Estado, el gobierno".
Pero sucede que el Grupo Clarín (¿se puede decir "Clarín" sin que te hagan juicio?) es dirigido por un tipo que se jacta de PONER presidentes. Sucede que, hoy, las corporaciones tienen tanto poder operativo (o más) que los estados en que ellas lucran. Y sucede, por otro lado, que ET piensa que "los medios deben ser opositores", frase en que "opositores" se entiende únicamente como "opositores al Gobierno", aunque la empresa que le paga el sueldo sea un monopolio con, cuanto menos, capacidad de veto nacional.
Entonces coincido perfectamente con Malala: "Si no se puede discutir cómo una fuente de trabajo influye en lo que uno hace, entonces la política es inabordable". Porque una crítica materialista no puede sino abordar las tareas específicas de cada sujeto en la sociedad en que trabaja.
Finalmente, me despido por ahora con un comentario hecho por Dos en el blog de Mendieta: "Es desaconsejable hablar cuando uno esta enojado. Rossi porque era temprano y ET porque hace rato que lo dejaron en la Tierra y no lo pasan a buscar".
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