05 agosto 2009

Hija de la Lágrima, say no more

Las lágrimas son producciones virtuosas que pueden irse en vicio.
Son reflejos del azogue, partes de uno más allá de los cristales del espejo del lenguaje.
Todos deseamos, todos deseamos vivir. Y todo aquello que nos lo entorpezca, nos puede mover las lágrimas.
Pero estas, como las puteadas, llegan a resultar gozosas; en el odioso momento de la autocompasión, la irresponsable administración de nuestra propia impotencia.

Cómo cambiar, cómo seguir

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