15 septiembre 2008

Hablando del doplepensar...

...y porque no tengo un minuto para escribir nada, transcribo el testimonio de una trabajadora sexual que acabo de leer en una investigación que estoy editando:

“Mis clientes saben mis horarios, el lugar donde paro y mi teléfono celular. Son hombres correctos, no son estafadores o hijos de mil; todos mis clientes, treinta más o menos, son hombres casados. Nada de jóvenes, ni hombres separados, divorciados, solos, sino familiares, los que tienen sus esposas, hijos, su familia (…)

No hay comentarios.: