29 marzo 2011

Continúo esta verborrea (De vuelta 2)

Comencé a despreciar a Clarín mucho antes del kirchnerismo. De hecho, a mí, en 2003, él no me caía bien. Me parecía, eso sí, el mejor candidato ganador, porque era, claro, no sólo el Chirolita de Duhalde, sino además la cara de un acuerdo en que Scioli era la dote menemista.
En fin... torpes generalizaciones de un neófito político.
Pero en ese momento terminé de entrar, definitivamente, en lo político.
Había empezado cuando experimenté el estupor de que De la Rúa y el Chacho llamaran a Cavallo para sostener el gobierno aliancista.
***
La segunda persona que guió mi retorno al lado bueno de la interpretación política fue Carlos Tomada, el constante ministro de Trabajo kirchnerista.
La primera persona había sido Néstor, con sus aumentos por decreto.
Pero aún así no me alcanzaba para alquilarme una pocilguita mía, clasemediera, eso sí. Me la subvencionó mi vieja, y eso que no se mostraba cansada de tener a un treintañero bajo aún bajo su ala.
***
Hoy, Carlos Tomada fue una de las dos personas me hicieron recordar el valor de 678, al exponer allí su visión del conflicto gremial del Grupo Clarín, sin eludir la polémica con el otro gran invitado al programa de hoy, Luis Siri, delegado de AGR, elegido por el Grupo como empleado.
Y por sus compañeros como delegado.
Y despedido y recontratado por aquél, Grupo que nunca dejó de apretarlo (de buscar quebrarlo) con el fantasma del ninguneo, la persecución laboral y el despido.
Todo, por el solo hecho de ejercer su derecho constitucional.

No hay comentarios.: