31 marzo 2011

La bestia debe morir

Anoche, casi estrenando nuestro zapping nacanpop, encontramos justito justito empezando Si muero antes de despertar.


Si bien algunas cosas relativas a las representaciones de género son tan almidonadas como los guardapolvos de los niños que la protagonizan, se trata de un películón muy recomendable realizado en 1952 por Carlos Christensen.


El cuidado de los planos, de los detalles de la composición y los gestos de los actores sustentan una narración ajustada y obsesiva que lleva el suspenso al borde de lo tolerable.
Creo que la vi por primera vez a los siete años, en una siesta por ATC, una siesta de mi madre, claro... Recuerdo haber tenido problemas para dormir. A la distancia creía que ese inquieto insomnio era fruto de mi niñez, pero anoche corroboré lo inquietante de esta puesta basada en un cuento de William Irish.



Que este único fragmento onírico sirva de recomendación.

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