28 octubre 2010

Autoestima

Wainfeld dice.
"De la desconfianza a Unasur: Patagónico, desconfiado, formateado en una provincia donde todo se hace con esfuerzo propio, la política internacional le resultaba distante y hasta la sospechaba de distractiva. Supo cambiar de parecer al internalizar la necesidad de una política regional, que diera carnadura a su relato antiimperialista, irrealizable desde un solo país. También, acierto fundante, se percató de que Brasil y Lula (el mejor colega que podía tener allí) eran aliados estratégicos de la Argentina. En la Cumbre de las Américas de Mar del Plata le tomó el gustito al juego político. La vulgata dominante narra que Argentina se “aisló del mundo”, un disparate de aquellos. Jamás comerció con tantos países, jamás se ligó a tantos mercados. Y, además, jamás jugó un rol de equilibrio y pacificación en América del Sur. Argentina y Brasil primaron con activismo y compromiso para que Evo Morales fuera presidente, para que la rosca de derecha no lo derrocara, para evitar la guerra entre Colombia y Ecuador, para intentar frenar el golpismo en Honduras y para frenarlo en Ecuador."

Y dice Zaiat.

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