Maravilloso texto de DagNasty en Artepolítica. Recorrido, itinerario, experiencias. La sal de la vida. Remitirme a él me descubrió parte de la historia de un lugar de San Luis cuyo nombre (La Toma) conocí por el encuentro del peronismo jurásico de 2007.
Por el post del campañero DagNasty, me entero de que de allí eran oriundas algunas de las víctimas de los crímenes juzgados en San Luis la mismísima semana pasada. Una nueva razón para una nueva ley de medios audiovisuales: la información de los juicios por delitos de lesa humanidad en San Luis fue secuestrada, acallada por los medios masivos, autoimputados republicanos, mientras que esa deformidad llamada Susana clamaba por la pena de muerte.
El relato de Dag, entre otras cosas, trajo a mi mente de nuevo el buen recuerdo que guardo de las dos leídas que le di a El secreto y las voces, una novela de Carlos Gamerro (creo que de 2002). "Todo pueblo chico tiene que poner su granito de arena en la duna de asesinados y torturados en esta dictadura", más o menos así pensaban las fuerzas vivas en pueblitos de gauchos mansos.
El proceso y la condena de la semana pasada en San Luis son nuevas muestras de un plan sistemático que hizo sistema en las mentes de muchos.
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Por otro lado, exagerando apenas apenitas, no puedo menos que sentirme requetebién representado por el kirchnerismo. La verdad: no estamos para pasarnos meses discutiendo boludeces. Más de la mitad de la población no va a cambiar su voto ni de acá a octubre, menos a junio. Votemos ya, contemos los porotos ya. Mandemos la ley de medios audiovisuales ya. Y que solito se decante el panorama, aun entre la polvareda.
Y digámoslo desde ahora: De Narváez sería un beneficiario directo tanto del adelantamiento de las elecciones como de una nueva ley de medios, porque él ya tiene los suyos y su mayor competidor puede verse debilitado relativamente por la reforma en la legislación. ¿Está mal? No. Muchos, la mayoría de hecho, se beneficia cuando un monopolio pierde poder relativo. Es necesidad de todo juego de suma cero. Y aun así nos conviene también a nosotros. Aprovechemos la volada.
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