24 julio 2008

El porvenir es largo (II)

Martín se hace ahora la eterna pregunta del empirismo: ¿Hace ruido un árbol que se cae si nadie lo escucha? El es más pesimista que yo, que tampoco soy un dechado de optimismo.

El Pato Galmarini, suegro de Sergio Massa, espera su jura. “Hasta está Julio Grondona”, dice el movilero de TN, quien acota que según las últimas encuestas el nuevo jefe de Gabinete ya estaría teniendo un 60% de aceptación, aun antes de asumir. Ayer vi una encuesta similar (aunque con otros resultados) en La Nación. No hacen más que representar el humor social de las empresas y sus clientes (anunciantes y consumidores).

Hay un ambiente de júbilo. Jorge Asís, con su displicente ironía, lo llama “clima restituyente”. Y en ese aire se cuelan bocanadas de menemismo arcaico y redivivo duhaldismo.

Algunos se preguntan qué información reservada llega cada mañana a la cama de Elisa Carrió como para que ella, ya comida, vestida y erguida, declare –ora de tarde ora de noche– cuándo serán los partos y cuándo los huracanes. Porque, más allá de las ironías que se jueguen sobre los figurones mediáticos, las informaciones reservadas existen, y no son más que el complemento de las operaciones reservadas.


¿A qué voy? Jorge Asís, recalcitrante sin despeinarse, dijo hace exactamente un mes que todo se despejaría hacia el 27 de julio. Los viejos brujos venían pensando en volver. Bueno, algunos ya llegaron. Habrá que ponerse a conversar.

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