De algún inconsciente modo me sorprendió que al último post le haya aplicado siete tags de nuestra muy escueta barra de etiquetas (41). Será que las crisis unifican la diversidad de nuestros intereses (es decir: paranoiquean nuestra esquizofrenia). Será...
O será que hasta Clarín acepta en sus ya muy acotadas encuestas que al menos un veinte por ciento de los argentinos apoyábamos la resolución 125. Y uno mira alrededor (a Clarín, a La Nación, a Crítica, a Perfil) y ni en pedo encuentra una posición convergente con la del Gobierno y su amplio espectro de adhesiones tangenciales respecto de las retenciones móviles. De tal modo, sólo nos resta recostarnos sobre el oficialismo de Página, que –aun sabiéndolo un house organ del Gobierno– demuestra más apego a la decimonónica (¿perimida?) tradición de la opinión.
Porque también es un hecho que ese veinte por ciento aceptado hasta por Clarín no puede ser representado por la opinión editorial de los grandes medios. Y, por lo tanto, es como si no existiera. Pero les aseguro –les firmo– que yo existo, en serio: se los aseguro, aunque ellos también se den cuenta de que mi opinión tiene casi nula inserción en los medios.
"¡Por suerte nos queda Blogger!", dirán algunos, ¿en serio por suerte?
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