27 junio 2007

En libertad (Oleup VII)

El tipo le pasaba un pancito al plato. “Terminaste en Devoto”, me había dicho, expresión que ya había escuchado en boca de una neuquina que lo más cerca que había estado de Devoto había sido un par de días en casa de una tía en Villa Ballester o Malaver. Esa expresión, sin embargo, porteña o rioplatense, estaba en boca de muchos paisanos en cuyas mentes Buenos Aires era apenas una opaca sombra, más o menos grande, más o menos ominosa o referencial.
–Estuve analizando tu expediente, Ariel. Vos podés llamarme León (¡Ah, te gusta..! Mejor.) Sé que estabas detrás de un gran caso, uno cualquiera que condensara los entreveros de plata y política en esta zona. Es lógico, y más viniendo de vos, que tanto te gustó Lost y que por eso sospecho que también te gustaron Los expedientes X. Pero justamente por eso deberías saber que la verdad está ahí afuera, acá nomás. Si al menos hubieras buscado en Google, ponele, “Lago Puelo” + asesinatos, ya con eso hubieras tenido para empezar a meterte en tema. Hay puntas por todos lados: los tentáculos de este organismo parasitario e insaciable. Te digo más, en un lugar como este, donde los únicos que tienen abogados son los ricos, hay incluso uno del pobrerío. Es más: es un rubio (o por lo menos tiene apellido alemán, en realidad no lo conozco). El fue quien denunció los apremios ilegales a los hijos de Vergara, uno de los tantos asesinados o desaparecidos de la Comarca.
–¿No es peligroso que nos vean acá?
–Para nada. Sos libre. El problema es que ya todos saben de vos y es probable que no te quieran dar ni la hora. Pero siempre hay alguien con ánimo de pelear. Así que ya sabés...

No hay comentarios.: