Entre junio y octubre (2011), magia y pérdida (apuntes)

¡Me cago en la leche! ¡Y en mi suerte! Por nunca enterarme a tiempo de -o no poder asistir a- las reuniones organizadas en la red K.
No supimos, no pudimos... ¡Tengo miedo, nene, de convertirme en Alfonsín!

Entonces:
téjanse por dos y diviértanse al cuadrado los agraciados ("privilegiados", sólo los niños) que accedieron a la ya mítica quinta casona de Flores. Que tod@s se vayan de la Crisfields con un amig@ nuev@.

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La blogósfera es un sentimiento... O una herida absurda, no sé. A veces para reír, a veces para llorar. Incluso en un mismo post, como el penúltimo de este blog, que al principio me causa gracia, pero apenas pasado el relámpago del retruécano, sóla queda la mustia sensación de seguir castigando a un caballo muerto, que para colmo todavía corcovea.
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¿Para qué escribir gilada entonces? Para divertirnos un poco, cierto. Pero no alcanza.
¿Para qué escribir a secas, cuando Alika Alikate pide por los trabajadores en negro y por que haya más política? No sé.
Por suerte se puede leer, ya que hay vida inteligente y Omix la está rompiendo con sus textos. Textos temáticamente específicos, con argumentación panorámica. Se centra en un objeto abriendo el enfoque (o viceversa). Algo tan bueno como lo que viene haciendo desde hace años Manolo.
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"El boca en boca", señalaba un comentario en lo de Gerardo F. como LA herramienta que deberemos utilizar oficialistas y aliados con un ojo puesto en 2011 y el otro en el clarinismo TNniano.
Cada vez que un oficialista rompa el cerco de la vergüenza (la espiral de silencio) y argumente
contra las putativas bases de la razón antioficialista, estará ampliando alguito nuestras posibilidades colectivas, aun en la derrota.

Coincido plenamente. Y tal vez la tarea de los blogs sea, ahora más que nunca, ser el caldo de cultivo donde abrevar en argumentos y retóricas. Los argumentos son los mejores y más trascendentes actos de gobierno. La retórica de Lucas lo dice así acá:
"¿Cómo puede ser que con casi 60 mil millones de dólares de reservas, superhabit gemelos, récord de exportaciones, tarifias de servicios públicos subsidiadas, paritarias en alza, reducción de la desocupación y la pobreza, movilidad jubilatoria, desendeudamiento, crecimiento, crisis internacional, récord en obras públicas, universalización del acceso a la medicina y los anticonceptivos y la jubilación y la asignación por hijo, cómo puede ser que con la renovación de la Corte Suprema, la anulación de los indultos y las leyes de obediencia debida y punto final, cómo puede ser que estemos para la mierda?"

E incluso antes de que Lucas preguntara, Martín Rodríguez y Alejandro Rubio respondían (preguntaban de otro modo) en Página 12.

De modo que hay gente pensando. No es poco.
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También hay quienes dicen y señalan lo evidente -solapado a veces por el dispositivo mediático-: que Macri no pudo explicar (¡en un programa de TN!) por qué había vetado la ley que instituía foros de seguridad vecinales, que Macri decidió comprar pistolas que descargan miles de voltios o cuáles serán las funciones de la nueva "policía metropolitana".
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A 18 meses de las elecciones presidenciales, uno -cualquiera- puede aseverar que -socioeconómicamente hablando- el kirchnerismo dejará un país igual o un poco o mucho mejor que el que encontró al asumir. ¿De qué otro gobierno argentino de los últimos 50 años puede decirse lo mismo? Yo creo que sólo el de Eduardo Camaño.
Ese es un dato, no suficiente, pero sí necesario y vital.
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El tema de los dos palos verdes ha tenido en la blogósfera K más tratamiento que la crítica de Lucas a 678 (lo que ya es decir). Sobre esto ya opiné. Sobre los dos palos, me parecen irrelevantes. Nuestro matrimonio presidencial ha declarado (cifro de memoria) 150 millones de pesos de patrimonio. Más o menos 45 palos verdes. De modo que, si compran o venden dos palos, está dentro del esquema, así que no los rompen. Ese es mi pensar.
Después, claro, habrá de conversarse qué es lo que uno querría para empezar a entendernos y saber qué es lo que estaríamos queriendo.
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Allá por el 99, 2000, me acuerdo que fui a una charla sobre la Guerra Civil Española. Eran los tiempos de la derrota y, como poco se podía hacer acá y ahora, algunos, a veces, nos entreteníamos con relatos de allá lejos y hace tiempo. Sin embargo, finalmente conservo un entrañable recuerdo de aquel encuentro, la sentencia de un viejito, un sobreviviente de la República, que dijo: "Tenemos que entender que primero hay que hacerse amigos. Porque primero viene la amistad, y después viene la política".
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Nuestra libertad comienza donde empieza la ajena.
Ampliémonos.