Una se va a dormir tranquila porque a las tremendísimas pero tremendísimas críticas de nuestra Presidenta hacia Obama, Estados Unidos les había restado importancia; pero resulta que te levantás y esa casi indiferencia de ayer es el malestar de la tapa de hoy. Increíble.
El buscador de La Nación evidencia la edición creativa, y también muestra que, así como el grandeté no te banca Kirchner, la platea de doctrina no conoce Cristina.
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