Por prioridades y prescindencias de la mesa chica del G-4, TN podría desaparecer.
El desaparecido no sería uno cualquiera, de esos que pululan por la fláccida envergadura del cable: con TN -hermano de TyC- desaparecería el hijo de una época que acompaño sólo en el sentimiento.
TN fue el enunciado genérico de una enunciación incesante: información necesaria, las 24 horas. Necesaria para el funcionamiento del dispositivo: el trust, el Grupo.
Como función amplió la producción del Grupo en la expansión del cable.
Como enunciado, reprodujo sus condiciones de producción.
Esa férrea sinergia le dio su composición voluble. Y su estilo informativo alternó lo obvio y lo inverosímil.
Su tema fue cualquiera.
Su lema fue un oxímoron: “Periodismo independiente”.
Frente al espejo del modelo genérico (CNN y el Primer Mundo) montó su táctica. Luego, su estrategia fue especular.
Y sus espejos, que son abominables, multiplicaron el número de lapegües.
Pródigos, te dijeron que los acompañes en la noche; todas las noches, con toda la información, con todo lo que vos necesitás saber. Cualquier 22 de septiembre, con cacerolazos aislados. Y un 19 de Diciembre, con el silencio, que es salud. En vivo para todo el país, el tránsito fluido de la Panamericana. En directo para todo el territorio nacional, la lluvia tenue de la ciudad (Buenos Aires, of couse).
Que no los dejes solos, decían. Que no cabecees, que no te duermas, que no vayas a soñar.
Periodismo independiente en calesita. En regresión sin pausa hacia el pasado. En soledad, en caravana interminable, que se hunde en el olvido con su mueca espectral.
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