24 octubre 2008

El corrector y El País (El trabajo y los días)

Mientras relojeo con asombro una propaganda macrista subtitulada y googleo a lo loco para evaluar la propagación viral de cierto error, encuentro que El País de España usa una súper tecnología para depurar textos, provista por Daedalus. La innovación informática, sin embargo, aún no resuelve el laberinto de la corrección. En parte porque movimiento y dominio (mando-C) son procesos no del todo explicados por Chomsky y su programa minimalista. Así, por ejemplo, puede darse un título como este:
Y aun si el procesador garantizara el control total (la gramaticalidad y la aceptabilidad de cada frase), todavía subsistirían los problemas pragmáticos, de adecuación al contexto.
De modo que, aunque sea mucho más barata y sumisa, la informatización de la corrección textual no emparda la eficacia de un buen corrector. Y sin embargo se mueve, y la desaparición del oficio se renueva en Wall Street Journal, que despidió a mediados de año a sus cincuenta correctores. Y una vez pasado el genocidio laboral, el dueño entregó la tabla con los nuevos mandamientos (que, para ahorrar, ahora serían sólo cinco), con el mismo desparpajo con que pronosticó un petróleo a 20 dólares el barril como consecuencia de la invasión a Irak. En su descargo puede alegarse que lo suyo no es informar sino poseer y acumular.
Pero volviendo a El País y la tarea del corrector, un error -sospecho- insalvable para un programa informático es la sustitución léxica, que es, a su vez, la forma habitual tanto del lapsus y el fallido como de la ironía y el cinismo, según la intencionalidad del caso. ¿Cuál será la de esta bajada?
Para colmo, el googleo y el seguidismo promovido por la monopolización determinan la replicación viral de los errores, tal como se ve acá, acá y acá. Al menos tres copypasteos aberrantes en menos de un día. Todo parece indicar que la dinámica de transcribir gacetillas está haciendo estragos periodísticos y extendiendo el imperio de la ignorancia y la chantunería.
A propósito: de entre todos los casos de menefreguismo militante que apañé como parte de mi trabajo, el que más recuerdo y comento se dio en un artículo sobre Hanif Kureishi, en cuyo crudo afirmaba el escriba que el padre del escritor había sido un jugador del Manchester United, cuando más precisamente había sido toda su vida un burócrata del servicio diplomático. Casi lo mismo. Y eso que el escriba solía berrear porque le modificábamos sus textos. Después se fue a Crítica.
¿Será nomás, como sostiene Schmidt, el fin del periodismo, y entonces la muerte del corrector es apenas una de sus manifestaciones? En cualquier caso, muerto el corrector que viva el Día del Corrector de Textos: el 27 de octubre, por el nacimiento de Erasmo de Rotterdam, quien, entre otras cosas, fue corrector y escribió El elogio de la locura.

23 octubre 2008

American Ex Press

“Go West” era el mandato del oro. Y hacia allí se iba, con la bolsa y la vida. Era una aventura que abría un paréntesis en la vida, que se cerraba cuando sacabas de la bolsa los cheques de viajero y los convertías por billetes o metálico. Porque entonces las monedas eran convertibles a oro, sustancia que desde los tiempos de Midas viene representando –a veces a los ponchazos– el valor de la riqueza.
La ilustración de los cheques de viajeros solía ser una figura romana, un centurión en el caso de los American Express; inmediatamente, la cadena significante se expandía hacia los campos imperiales a través de ese jefe de la centuria, metonímico emisario de los poderes de Roma. Otros dicen –al pedo– que esa figura en realidad es Mercurio, el dios romano del comercio. En cualquier caso, la metáfora es imperial.
Décadas después, Gertrude Stein decía “una rosa es una rosa es una rosa” y, avant garde –como siempre ella– se hacía precursora de Nixon y su “un dólar es un dólar es un dólar”. La cadena significante se metamorfosea en tautología, en esquizofrenia egomaníaca. Es la ruptura de la ya enclenque cadena significante sostenida en el verde tertium comparationis.
“Si el dólar deja de ser lo que fue, como parece que puede suceder en el mediano plazo por la extraordinaria crisis en Estados Unidos, muchos en Argentina pueden padecer un agudo conflicto existencial que requerirá de psicólogos más que de economistas”, Alfredo Zaiat.

¿Autocrítica macriana?

Improbable.
Pero por las dudas también culpa al Ejecutivo nacional por su decisión (la de Macri) de no usar ni el presupuesto superavitario de la ciudad ni el endeudamiento que impulsó para financiar infraestructura (cordones y veredas, porque para el subte no alcanza) en fines ideológicos como la educación pública (para la privada siempre hay).

22 octubre 2008

Casi regaladas (bastardillas)

Titula Clarín en este momento que las AFJP (así, en general, como siempre) dijeron que la jubilación privada es “rentable y transparente”. No, en serio. Y el entrecomillado no se debe, como era de suponer al leerlo, a que fuera una declaración de las AFJP en conjunto, sino que forma parte de un discurso indirecto libre de unas palabras atribuidas a Sebastián Palla (ese apellido me recordar la redundacia de la desaparecida empresa Sanitarios Ortelli).También entrecomillaron que no era “por la caja”, según habría dicho Cristina. Pero tampoco, porque lo que ella anticipó, según el cuerpo de esa misma nota, es que lamentaría que después la libertad de prensa dijera “que el Gobierno quiere hacerse de una caja”.
Por otra parte, este temita de “la caja” me tiene recontra repodrido. Porque ya no debería suscitar siquiera el más mínimo prurito. Ya que es sabido –y nuevamente demostrado recientemente– que un Estado que no tiene caja es un Estado fallido. Un Estado fallido como Argentina en 2001. O en 1989. O como, según dicen que dijo (“según dicen” porque el link original ha desaparecido) Stephen Wheeler, será Estados Unidos en, cuanto mucho, quince o veinte días, cuando ya no puedan hacer frente a su deuda interna (y empiece el quilombo de verdá).
Pero volviendo a lo nuestro: la reestatización me parece excelente. Aunque siempre guardo mis reticencias porque, según tengo aprendido, el Estado suele funcionar como un prestamista de última instancia (y es sabido que sólo les prestan dinero a quienes demuestran no tener necesidad de él). Sin embargo, ahora (23.43 de este martes 21 de octubre de 2008), a partir de la reacción libre de la prensa (y de un supuesto cacerolacito en Callao y la Santa Fe), me inclino a considerar que mal no va el gobierno. portfolio.com

Por otro lado, y ya que estamos hablando de muchos millones, hago mi contribución al cinismo de este mundo para el caso de que efectivamente haya una transferencia grossa desde las AFJP al Estado (es decir, si la medida y Bonadío llegaron a tiempo): queridos Cristina y Néstor, compren acciones de Clarín (hoy tuvieron las mayor caída en su larga debacle: 20% a la baja) y modifiquen nuestro lamentable sistema informativo. Porfa. Están casi regaladas. En cualquier caso, esperen quince o veinte días.

18 octubre 2008

Este invierno fue largo (paciencia y poder)

“¿Hasta cuándo, Catilina, seguirás abusando de nuestra paciencia?” Así dijo, hace miles de años, Julio César en el Senado. Y cientos de decenas de años después, más de tres textos citaron la frase. Esas simples citas dan por tierra las pretensiones del doble pensar –estilo de la corrección política– y su repulsa del argumento contra el sujeto (ad hominem). Desde ya que importa qué se dice, pero en ese “qué” va también quién (y por eso cuándo) lo dice. Eso se sabe. Bah, se sabe... quiero decir: al menos los putos, las putas, muchas otras mujeres, los judíos, los peronistas y el resto de los negros lo sabemos. Y así pensamos los bloques.
Por ejemplo.
Si un hacendado argentino dice en octubre de 2008: “La Iglesia, el Ejército y el campo son tres instituciones que hicieron grande a la Argentina. Ojalá activemos eso junto al resto de la sociedad para ser un país grande y no chico como es ahora”, el cuadro ya tiene un marco. Y si el marco, en paralelo, se refleja a distancia por el ambiguo Colo: “A nosotros, los peronistas, todas esas mentiras nos [sic] dan vergüenza. El peronismo no es pelear con la iglesia, con el campo o con los militares. El peronismo no divide a los argentinos. Todas esas mentiras no son peronistas. Son kirchneristas”, lo que tenemos, en acto, ya es un bloque. De poder. Aunque algunos no puedan y se demoren en volteretas, como Buzzi, panqueque cómico, ya en el aire ya en la sartén.

Si en referencia a la promesa de Obama de reducir los impuestos al 95% de los estadounidenses y de subirlos a aquellos que ganan más de 250.000 dólares al año, alguien pondera: “El plan impositivo de Barack Obama convertiría [al IRS o Hacienda estadounidense] en una gigantesca agencia de bienestar”, supongo que el autor es un partidario demócrata. Pero no, fue McCain. Y entonces no es encomio sino repudio, repudio de la promesa de promover políticamente el bienestar. En pleno desconche de la desregulación económica. (Y aun así, Obama no contraataca, sino que niega la acusación.) Ahí hay otro bloque. El de los padres fundadores. Del neoliberalismo (la perinola de la desigualdad sistémica en pleno trance del todos ponen). Porque sin desigualdad, sostienen, no hay competencia y la economía se fosiliza. Y para impedirlo primero promovieron el desempleo. Y el control de los sindicatos. Y una vez que el desempleo y el retraso salarial masificaron el empobrecimiento, la ortodoxia cínica comenzó a vociferar, por todos los medios, “Trabajen, negros de mierda”.

Si el Discovery (otrora propiedad de la pública BBC y hoy en manos del cuasi monopolio usamericano) se dedica a echar luz sobre temas tan trascendentales como las apariciones de fantasmas; si el History (también conocido como Hitlery Channel) nunca pudo superar su representación de la historia como una indefectible sucesión de guerras; no debe sorprendernos que la programación del National Geographic se aventure en terrenos de geopolítica latinoamericana del siguiente modo: “El populismo no es solo un fenómeno político sino también una parte de la cultura de Latinoamérica; de ahí la relación con la telenovela que se menciona en el documental”. Y listo el pollo: “Los latinos son (tele) noveleros, de allí prevalencia de infecciones populistas entre ellos”. Pero el pollo todavía picotea y el chiste se conoce: “Las rubias salen en bolas en Playboy; las indias, en National Geographic”. El programa se titula Consecuencias y lo conduce un gorila 2.0. De modo que ahí tenemos otro bloque (redundante hasta el bochonorno: “Indigenismo” -la primera emisión del ciclo- se estrenó el 12 de octubre).

De modo que si uno sigue la línea punteada, tendería a pensar que ya va siendo hora de respondernos por qué siguen abusando de nuestra paciencia. "Porque pueden" ya se va quedando corta como respuesta. Pero todavía pueden. Nos lo enrostra la perduración del relato sobre el 11 septiembre de 2001. Y sin embargo las demolieron. La evidencia: a) nunca una estructura de ese tipo colapsó por fuego; b) su derrumbe fue sin resistencia, en caída casi libre). Por las dudas, Discovery Channel ya cambió su versión de los hechos y ni siquiera nombra a Bin Laden. En última instancia, si no pueden convencernos, la hacen Easy y empiezan los despidos (a menos que la mano visible de la Presidencia opere en favor de los trabajadores amenazados).

16 octubre 2008

Ay, ay, ay

Acabo de ver esto:

En Diagonal Norte y Maipú, tres personas ataviadas de (H)amarillo sostienen unos carteles que orientan hacia los automovilistas que vienen por Maipú.
Los carteles rezan: "A 100 metros reducción de calzada".

¿Te parece?

13 octubre 2008

Módulo proyectual (mercado de futuros)

Henry Paulson (barrilete cósmico si los hay, el Nostromo de Goldman Sachs que antes de saltar al Tesoro se llevó por souvenir unos 500 millones de dólares) les auguró "un gran impacto" por la crisis a los países emergentes.

Por su parte, el cualuncotilinguismo local canta impenitente su reverbero y así se hace eco en el Rosendo paladar de Fraga.


Eric Calcagno distingue, contrasta y refuta: "En conclusión, la profecía autocumplida es peligrosa no sólo porque es falsa, sino porque induce políticas recesivas inconvenientes. Esconde, bajo el hálito del pánico, un combate por el poder."

10 octubre 2008

Colectivo Casullo: hasta Perón, por Borges

"El peronismo -recojo aquella famosa frase de Cooke- es un hecho maldito. Algunas veces y en muchas épocas también para los peronistas. No solamente para la oligarquía vacuna, sino para todos los que están situados en la escena histórica. Imagínense un tipo que tiene mi edad -60 años- y que fue gorila. Está loco a esta altura. Hace 60 años que no puede desembarazarse del peronismo. Como digo, el gorila es un peronista que cumple la función de gorila en la historia nacional, es un imprescindible para un consumar un sentido completo."
Nicolás Casullo, grande, adiós.

09 octubre 2008

¿Ironizó?

¿Y qué dicen ahora quienes decían que las retenciones eran sólo para la caja? Si por el momento -por el momento- no hay demasiada histeria colectiva en este país, es sólo por esa caja que, hace apenas una estación, criticaban con desgañitado denuedo.