18 octubre 2006

Miseria (des)informativa

Cuando ayer me refería a la farsa, pensaba en dos cosas. Una, claro, la más obvia: en Ezeiza, 1973, se cagaron a tiros dos grandes facciones del peronismo (si bien la derecha tenía una mejor ferretería), disputándose la hegemonía estatal, el control cabal del gobierno; mientras que ayer, en cambio, fueron dos facciones luchando por un botín mucho menor (no tengo ni idea qué disputaban ayer, pero estoy seguro de que tiene muchísimo menos peso que el Ministerio de Bienestar Social de los 70).
La otra farsa es la del periodismo televisivo, si me disculpan el oxímoron. Por ejemplo, Telenoche, que gracias su eximio cameraman se deleitó pasando mil veces la secuencia de los tiros. Lo que casi no mostraron es a quién disparaban ni investigaron por qué lo hacían. Y no es que no hubiera pistas del porqué; por el contrario, se dijo –y parece confirmarse– que fue un enfrentamiento entre fuerzas de choque sindicales. Sin embargo, la consabida pregunta “¿Qué pasó?” quedó tapada por una sarta de generalizaciones como “Los argentinos somos…” (llenar con cualquier pelotudez).
Para completar, hoy apareció una nota de Julio Blanck, capo de Clarín, de la que destaco dos cosas. A): “Esa imagen del peor peronismo es la que revivió con la batalla campal de ayer en San Vicente”. El peor peronismo es el que se llena la boca con el estado de bienestar mientras, por ejemplo, la mitad de los chicos tienen hambre. B) “Ayer se demostró una vez más que premiar, apañar o adular a los violentos es comprarse una hipoteca explosiva.” A mí me parece obvio que, sea Menem, sea De la Rúa, sea Duhalde, sea Kirchner, los violentos son los que tienen la sartén por el mango, a quienes desde hace décadas Clarín en general y Blanck en particular (fue él quien decidió no publicar las fotos de los asesinatos de Kosteki y Santillán) vienen apañando y adulando sin descaro. Y más que comprarse una hipoteca, con eso se agenciaron de Papel Prensa y pesificaron sus deudas: un negocio redondo.
Violencia es mentir con un monopolio informativo. Al lado de eso, agarrarse a tiros en San Vicente es una actitud noble.

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