Tal vez tenga razón Malala, tal vez los juegos electrónicos estrictamente no te enseñan a perder; sino tan sólo fomenten la compulsión por ese horizonte evanescente llamado “éxito”. Ese horizonte lejano que también mueve a las mentes esperanzadas que compran su entrada para Live Aid.
PD: Ah, confirmado: Live Aid trabaja para el Lado Oscuro de la Fuerza. (Bah, confirmado para mí, que, a pesar del desprecio que me causaba, todavía seguía empeñado en la duda entre si eran idiotas o hijos de puta, como si lo que importara no fuera la función antes que la intención.)
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