Miro A dos voces y, curiosamente, no peno. La ínsita fatuidad del dúo Sylvestre + Bonelli me resulta indiferente ante el gran interés que me genera lo que sus invitados tienen para decir.
Miren si no: Pinedo llegó a decirle al dúo Bonelli + Sylvestre que él está dispuesto a hacer algo para ayudar al país. De ser sinceras sus palabras, estaríamos ante un gran cambio en la Argentina.
Incluso Alfonso Prat Gay, antiguo gerente de la banca transnacional, hoy dice que hay que pensar en los catorce millones de pobres Y en los jubilados que no llegan a fin de mes. ¡Al fin nos estamos entendiendo! (Aunque el economista deberá afilar un poco su teoría de conjuntos: los jubilados que no llegan a fin de mes FORMAN parte del conjunto de personas pobres.)
Por su parte, juego prolijo del compañero Agustín Rossi: como nos tiene acostumbrados, discriminó entre lo trascendente y lo que no lo es, en este caso en torno al tema INDEC.
Todo suena como un encanto.
Es que de algún modo lo es.
El hecho mismo de que el Acuerdo Cívico y Social haya discriminado entre las retenciones a la soja y las de otros productos agropecuarios ya hasta parecería un avance.
Eso sí, la doctora Avelina Elisa Lilita Carrió se lo plantea solamente al Parlamento, porque ella con conchudas mafiosas no dialoga.
Ahora, querida, si lo que querías no era diálogo sino debate parlamentario, hubieras empezado por ahí, y hasta porái te iba un poco mejor en las elecciones.
Más tarde hay en A dos voces un intercabio que entre Viviani (de la CGT, por el empleo y el salario) y Orsolini (de la FAA, por la producción agropecuaria). En un momento, el menos Sylvestre del dúo los interrumpe para dirigirse a Méndez, capo de la UIA; y le pregunta algo así como "¿y usted qué opina?". Mendez, sentado en otra mesa, responde como desde un más allá, sin dejar de inquietar a las cámaras con sus tics faciales, curiosamente similares a los del capitán ingeniero don Álvaro Alsogaray (aunque me parece que Méndez tiquea un poco más el ojo izquierdo).
De modo que, muchachas y muchachos, todos y todas: gracias a las políticas implementadas en los últimos años, plata hay. Y como los commodities ya comenzaron a subir de su piso, en estos contextos de restricción globalizada, proporcionalmente, va a haber más.
Pero nuestro futuro no construirá sus beneficios basado sólo en la exportación de commodities, de insumos, de la materia prima necesaria para la comodidad de los ricos de la metrópolis primermundista.
De hecho, la metrópolis, la nuestra, en el sentido en que la hemos conocido durante las últimas décadas, tiene tantos o más quilombos que los nuestros.
En serio. Más allá de lo que reflejen las escuálidas secciones de internacionales de los diarios nacionales, implicadas ante todo en hacer parecer el golpe de Estado de Honduras como una heterodoxa transición institucional. Tan institucional como la presidencia de Guido, tan transición como la que le auguraban a la presidenta Cristina Kirchner Grondona y Biolcati.
Insisto: más allá de esa información internacional, de un sesgo potenciado al cubo, lo nuevo son los IOUs. Así se llaman los patacones comenzados a emitir en California. IOU, o "yo te debo", es la nueva cuasimoneda californiana, producto "de estos dos años de recesión en una California arrasada por el «boom» inmobiliario y con una tasa de paro sin precedentes del 11,5%".
Finalmente, ante este nuevo panorama de diálogo (nos estamos debiendo todavía el consenso), algunos se preguntan si era necesario perder. Si era necesario perder para empezar a tratar, por ejemplo, el subsidio universal a la niñez.
Porái sí había que perder. Los melones se acomodan en el camino.
Yo al menos, uno de los tantos melones, me siento ahora en mejores condiciones de pensar el país.
¿O acaso alguien dejó de hacer cuentas, de interpretar lo que pasó del 28 de junio a la fecha?
Pues bien, el momento de reflexión está empezando a mutar.
Lo que habrá de venir es más institucionalidad, más derechos humanos de para los catorce millones de pobres de los que habla Prat Gay (aunque habría que ver la tabulación para decir que son catorce los millones).
Lo que es seguro, no queremos más que la página oficial de Microsoft publique este tipo de patchworks (gracias Fede, ya te haremos colaborador).
PD: gracias le doy a Manolo, por todo lo que me enseñó.
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