Sodexo y las empresas de tickets alimentarios sobrevivieron mucho más que los lecops y los patacones.
Seguro porque no eran parte de la asquerosa (y necesaria) razón de Estado sino de la impoluta y libérrima iniciativa de empresa.
Igual se terminan. El mes que viene se terminan.
Decimos: gracias, compañero Recalde. Gracias por liberarnos de La Forestal y su almacén de ramos generales.
Y gracias, compañero Néstor, ¿retirado a lo Zelaya? ¡Más vale que no!
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