A mí entender, las condiciones están dadas. No se me hace utópico un nuevo reverdecer de la Argentina, el retorno de los idílicos días peronistas, los de mediados del siglo pasado. Existe una acumulación en el país que lo predispone a afianzar las riendas de la determinación nacional.
Existen, también, las tensiones de toda encrucijada. Imagino que si muchos creen que robarle la caja de seguridad a alguien es dejarlo sin nada, no pocos creerán que este gobierno es un peligro para la seguridad de su economía, ¡con esta inseguridad!
Nidera, por ejemplo, podría alegar que, con este nivel de confrontación, atada la empresa de pies y manos para seguir esclavizando, está siendo sometida a un tratamiento dictatorial y bolchevique.
Para colmo: detrás de Nidera, ¿vienen las otras? Ojalá, claro, tal vez sería más fácil así implementar un sistema estatal de exportaciones agrarias. Tal vez no. Pero si no, al menos las otras tendrán que ponerse en caja y aflojarle un poco a la esclavización.
De por sí, un avance.
Por los derechos humanos actuales: por la economía social y contra la trata.
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