En el último post se me escaparon dos liebres.
Una: que en el Día de los Inocentes, Lucas y Artemio en realidad operaron como el predicador de Pecados capitales: predicaron a mansalva. Lo hicieron contra el culto del estilo y la individualidad, contra los discursos autorreferenciales. Pero tampoco da para hacerla muy larga: es lógico pasar por un el rito de perder la inocencia, no vaya a ser que nos corten la cabeza mientras boludeamos con la teta.
Otra: en el último recuento, se me escapó Alexnumb, Mr. Orange, mi cuñado. Todo todo todo no se puede retener. Pero si de pronto alguien me lo recuerda, suelo reconocer el olvido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario