05 mayo 2010

Política y espectáculo

La crispación mediática por la clasificación de 678 como programa periodístico es la continuación de la crispación por otros medios, el del show business en este caso. En definitiva, la pulla fue similar cuando el transgresor CQC compitió contra el otrora sacrosanto Hora clave, sólo que nadie osó referirse a un caso de totalitarismo dictatorial nazifascista de la benemérita APTRA, ni mucho menos una compra masiva de voluntades.

Desde otra perspectiva, si se objeta lo oficialista del programa 678, no me resulta claro que La Cornisa sea más periodístico, cuando el angélico Majul rinde pleitesía a su propia genuflexión y le agradece al patronazo, encarnado en el reverendo tridente Vila, De Narváez, Manzano.

Es que no hay un solo oficialismo. Los hay múltiples. Y como Majul es un oficialista serial, también bebe del grial del divismo, el culto a las estrellas del show business y de la vida política: “Lilita, ¿tenés miedo?, te lo pregunto yo Luis Majul, un pibe de barrio”.

Ese oficialismo, en la Argentina bajo hegemonía clarinista, se conoce como tinellismo. Buena parte de los medios son adictos al oficialismo tinellista, y si no es en Clarín será en La Nación y si no en Perfil, pero en alguno siempre hará lo que tienen que hacer y dirá: “Tinelli arrancó con todo”. Por suerte Perfil siempre deja una propina majulista.

Sin embargo, en el mundo del espectáculo político el oficialismo es muy voluble, y nunca se sabe si es que Juan Perugia se delasotiza o que De la Sota se perugiza. O que los periodistas opositores resulten tan abrunadores que alguno se equivoque y el Gobierno termine siendo la propia Oposición. Ahondando en la materia, sorprende que La Nación denuncie, con coqueto título catástrofe, el incremento en el gasto en publicidad del Gobierno. No debería hacerlo, puesto que la política editorial hegemónica es el celoso ninguneo del Gobierno como actor cuyas acciones merezcan algún respeto. Así, resulta irreversible el proceso: el precio a pagar por el Gobierno para comonicarles sus acciones a los consumidores de medios masivos (una importante mayoría de la patria) será inevitablemente mayor.

Antes, en los tiempos PC (pre-crispación), el reparto de millones de notebooks hubiera sido cubierto con cientos de notas de color se puede. Pero bueno, gobierno más contracíclico que el actual de Cristina, imposible. No sólo porque el Plan Conectar-Igualdad estimule la producción de más y más blogueros K (bien Lucrecia Bullrich en el tratamiento de la actual moda de la blogósfera), sino por dejar chiquita la inversión en publicidad con las compensaciones salariales a privados o la asignación universal por hijo.

Para eso se había acumulado cuando el viento de cola.


A propósito (no pude resistirme): felicidades a todos los que gozamos con los derechos de todos; y felicitaciones a Diputados por sesionar y lucirse en su mayoría. Hasta Lilita dio un gran discurso libertario, aunque claro: como ella representa todo lo que tiene que ver con la oposición y el conservadurismo, se tuvo que abstener de votar el matrimonio gay. Su show tiene que continuar.

1 comentario:

fd dijo...

bien!
Solo una cuestión... Show must go on!
Macri al son... y todos bailan, eso sí... en private!

Lo del raiting de tv, es tan real como el país virtual. No existe.
Solo basta describir el modelo para la toma de datos para darse cuenta y si entramos en detalles es simplemente cualquier cosa.