Empecemos, por ejemplo, por Schoklender y el perfil clarinista de la nación enfurecida contra Sueños Compartidos y el Gobierno Nacional.
Al principio de la historieta no posteé porque, desde el bluff de las probatorias cajas del 2000 sobre lavado de dinero, malicio de cualquier denuncia de todo legislador carriotista, inclusive la propia Carrió. Por lo demás, si un probable bluff lo articula Clarín, la jugada me impresionará siempre como el duro dictado del Grupo.
Sin embargo, hace ya quince o veinte días que el tema es portada de cada edición de ese diario, y la dictadura continúa encadenándose. Así que algo hay que decir.
Y lo diré: hablar sobre Schoklender y su riqueza me importa un carajo.
En principio, se me hace que, para quien habla del caso, es apenas un tema de conversación: “¡Qué cosa este Schoklender! ¡No se privó de nada!”.
Ya que quien quiere o respeta a Hebe, no tiene mucho más para decir.
Y ante quien no, ¿qué se puede hacer? ¿Tratar de convencerlos de qué? ¿Demostrarle a quién para qué cómo la ética de Hebe? Imposible, para mí.
Si cada vez que me las pienso en la Plaza, en pleno Invierno del 77, me sorprendo porfiado cuando siempre en mi segunda lágrima se refleja la misma añoranza (la mía) por tener alguna vez ese coraje; y por llegar a viejo y hacerlo valer.
Y ante quien no, ¿qué se puede hacer? ¿Tratar de convencerlos de qué? ¿Demostrarle a quién para qué cómo la ética de Hebe? Imposible, para mí.
Si cada vez que me las pienso en la Plaza, en pleno Invierno del 77, me sorprendo porfiado cuando siempre en mi segunda lágrima se refleja la misma añoranza (la mía) por tener alguna vez ese coraje; y por llegar a viejo y hacerlo valer.
Por lo demás, si a alguno alguna vez un silencio infausto le tentara la duda de pensar que tal vez ella supiera cómo la Ferrari había llegado casi hasta su puerta, entienda que, aun así, no habría otra alternativa que negarla: lo que es malo para Hebe es malo para nuestra Argentina.
Podría entonces alegarse borgiana toda la retahíla del tema del traidor y el héroe, y de que ninguna liberación nacional –ya irlandesa ya argentina– sobrevive a la claudicación y ulterior escarnio de su líder.
Podría entonces alegarse borgiana toda la retahíla del tema del traidor y el héroe, y de que ninguna liberación nacional –ya irlandesa ya argentina– sobrevive a la claudicación y ulterior escarnio de su líder.
Pero no: sería ese un embeleco individualista. Y además de cínico, falaz.
Porque que lo que es malo para Hebe es malo para Argentina lo aprendimos desde pichones y en bandada, desde que vimos a aquella señora entre un puñado de otras, y las palomas de la Plaza, y sus instituciones cenicientas, y más allá del cagazo y las cagadas de la foto, siguieron la película como saga, vidas de carácter, de unidad desde la Secta (Las Viejas Locas) hasta su proliferación como Madres y Madres, HIJOS e H.I.J.O.S., Abuelas y Nietos.
Hebe es parte constitutiva de todo eso, un núcleo dimanador y polarizador, una bifurcación en sí misma, entre aquella Aparición con Vida / Castigo a los Culpables hasta la actual promoción de personas, con Sueños Compartidos.
Tierra y libertad.
Porque que lo que es malo para Hebe es malo para Argentina lo aprendimos desde pichones y en bandada, desde que vimos a aquella señora entre un puñado de otras, y las palomas de la Plaza, y sus instituciones cenicientas, y más allá del cagazo y las cagadas de la foto, siguieron la película como saga, vidas de carácter, de unidad desde la Secta (Las Viejas Locas) hasta su proliferación como Madres y Madres, HIJOS e H.I.J.O.S., Abuelas y Nietos.
Hebe es parte constitutiva de todo eso, un núcleo dimanador y polarizador, una bifurcación en sí misma, entre aquella Aparición con Vida / Castigo a los Culpables hasta la actual promoción de personas, con Sueños Compartidos.
Tierra y libertad.
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