18 junio 2011

Sigamos

Luego de semanas con Schoklender como tema de tapa, la defensa legal de los muchachos criados por Ernestina Herrera de Noble dio un giro sorpresivo, y lo que hasta ayer era inaceptable, hoy parece transformarse en un imperativo moral y político. Enhorabuena. Al menos si cumplen con todos los pasos procesales, como cualquier hijo de vecino o, para mejor decir, como cualquier ciudadano. En definitiva, lo único que reclamamos es justicia.
Ahora, algo de razón tiene Gerardo cuando afirma que desde hace un mes (él ubica la presencia de Sarlo en 6,7,8 como un punto de inflexión) Clarín viene retomando el centro del ring. Hay algo del orden de la inquietud en nosotros cuando ayer vimos la noticia sobre el análisis genético de Marcela y Felipe: “¿Dónde está el tongo?”, fue la pregunta que muchos nos hicimos en voz alta o no.
Pero lo que no tenemos que olvidar es que este gobierno es mucho más que su lucha contra el oligopolio mediático, y que el proceso de liberación nacional contiene y excede la lucha por la verdad sobre la dictadura del 76, y que la justicia al respecto ha alcanzado nuevos y mayores niveles, que trascienden el meta de conocer quiénes fueron los padres biológicos de los hermanos Noble Herrera.
De modo que hay que aceptar dichas novedades con satisfacción y esperanza, y, claro, ya la naturalizada cautela que nos ha inoculado el Grupo, por lo menos, desde que tituló que la crisis había causado dos nuevas muertes.
De modo que: sigamos.

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