Ojalá que la próxima sea con internas, pero ésta es sin duda una gran fórmula. Malala y yo estamos contentos: vamos a votar al candidato que más nos convenció. Y también a Filmus, obvio.
Y listo ya: basta de chicanas.
Sólo todos unidos triunfaremos.
Así que ahora, a militarla, porque la mayor parte de los porteños no quiere ni en pedo cuatro años más de amarillismo.
Así que empecemos por acá.
Yo me enteré bajando del subte, con esas gigantescas publicidades amarillas.
Enseguida dictaminé: mienten, es falso, nuevamente mandan fruta.
Bueno, no, la cifra es cierta.
Y sin embargo...
El Gobierno porteño adjudica la baja de la mortalidad infantil a las políticas de salud y asistencia social porteñas. En principio, sería raro que así fuera, puesto que la subejecución de las partidas de salud fue una constante del gobierno Pro: nunca se ejecutó más del 73% del presupuesto. (Por cierto, ese “ahorro en salud” tampoco sirvió para que la Ciudad no se endeudara a ritmo creciente en todo el mandato de Macri.) Más lógico es suponer que la reducción de la mortalidad infantil en 2010 sea consecuencia del formidable impacto de la Asignación Universal por Hijo implementada por el gobierno nacional en noviembre de 2009.
Complementariamente, Macri dijo que se redujeron las brechas entre los barrios pobres y los ricos, afirmación que debería sonrojar a jefe de Gobierno. Este cuadro es suficiente para demostrar la mentira:
Bonus track: la mortalidad infantil en el mundo.
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