Es viernes, son más de las siete de la tarde y este edificio donde trabajo está prácticamente desierto. El lunes se ha decretado asueto, así que me predispongo alegremente hacia un fin de semana largo. En la oficina de al lado hubo una fiesta de despedida del responsable, y cuando digo fiesta quiero decir exactamente fiesta: fernet con coca, champagne y vino, dance y regalitos + música a todo volumen.
La semana que viene va a ser otra cosa, pero por el momento disfruto de este letargo levemente alcoholizado:
M y G , los espero con los brazos abiertos... ¡y los puños cerrados!
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