
Veo desde el colectivo 93 (de Las Heras y Salguero a Córdoba y Carranza), el ambiente es de este lluvioso frescor que acompaña nuestra alicaída primavera. A la altura de Metrópolis, un morochito de no más de 20 años, esmirriado con campera y mochila, es pecheado por un cana (también morocho él, pero con uniforme y reglamentaria). Cuando ambos pechos terminan de rebotar, el cana pide ver el interior de la mochila. El pibe la abre y le enseña que dentro no hay más que un sánguche envuelto en papel film y un sobre de papel madera todo arrugado y un par de boludeces más. Zafó el pibe, pero la próxima... (Que alguien me confirme o desmienta, pero hasta lo que yo tengo entendido, en Capital la policía no tiene derecho de revisar ni bolsillos ni bolsos.)


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