Hace un tiempo que estoy aplicando a mi vida una filosofía de tolerancia total..."Vive y deja vivir"...
Pero los acontecimientos de esta semana me hicieron por un segundo olvidar esta premisa y recordar que soy humano.
No puedo esconder mi sentimiento de algarabía por la muerte de un hijo de puta con papeles. Es lamentable que uno no pueda borrarlos de un plumazo, como ellos pudieron y pueden. Pero hoy nadie me va a sacar la sonrisa cada vez que escuche que el general Augusto Pinochet está muerto. Quedan muchos, pero también saben que cuando el último dinosaurio caiga nosotros vamos a estar ahí, de pie.
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