Hace unos días me llamó mi mamá y me dijo que tenía un cuento que me iba a gustar.
Una nena con síndrome de Down camina todos los días cinco cuadras para ir a la escuela que queda en 24 de Noviembre. Esto ocurre luego del almuerzo. Por la tarde del día en cuestión, su abuela va a la escuela a buscarla, pero la maestra le dice que la nena no está, que no fue. Obvia desesperación de la familia.
Por el revés de la trama, la historia se completa así: la chica llegó a la puerta del colegio y siguió de largo, caminó derechamente no sé muy bien por dónde y llegó a un McDonald's. Entró y se sentó en una mesa, acaso contando con el recuerdo de que alguna vez allí le habían dado de comer. Los empleados, al rato de ver a la nena ahí, se acercaron, le dieron una hamburguesa y una coca y buscaron en la mochila el modo de comunicarse con la familia, que finalmente la pasó a buscar.
-¿Qué te pasó que no fuiste al colegio?
-Nada, llegué hasta la puerta pero no tenía ganas de estar ahí, así que seguí caminando.
Tenía razón mi vieja, el cuento me gustó bastante.
Keep walking.
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