1) Durante al menos dos días consecutivos, Telefe tomó una decisión aberrante para la lógica que privilegia la venta de publicidad como razón suficiente de toda la programación televisiva. Durante dos días, Montecristo fue emitido como un único bloque de más de cuarenta minutos sin ningún tipo de interrupción publicitaria. La propaganda, tanto en su forma tradicional (la tanda) como en la no tradicional (Macro, Garbarino y todos esos cartelitos de canjes que aparecen antes de o en paralelo a los créditos del final de los dos o tres bloques que suelen constituir cada envío), fue cancelada. “No hay tanda” (“¡No hay tanda!”) escucho que me digo en mi cabeza. Raro, muy raro, rarísimo. ("¡Qué reacción tan interesante! Pero, ¿qué significa?", decía la marioneta protagonista de El extraño mundo de Jack.)
2) La conclusión de Gimnasia-Boca, que terminó con un segundo tiempo, de resultado 0-4, lisa y llanamente inverosímil. Tanto el presidente de Gimnasia como el ex tripero Guillermo Barros Schelotto “presagian” una goleada histórica de Boca sobre Gimnasia; la terna arbitral se equivoca siempre a favor de Boca; Palermo (archienemigo de Gimnasia y súper pincharrata) ni grita su gol, como tampoco lo grita Palacio; Clarín dice que fue una demostración de potencia ofensiva de Boca, y La Nación que fue “un simulacro de partido”; después del encuentro, cuando ya no importa, La Nación informa que la barra brava de Gimnasia, calzada con cuatro armas, amenazó al plantel de Gimnasia en su propio lugar de concentración para que perdieran el partido... (Si me pongo exhaustivo, podría seguir 2.000 caracteres más.)
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